No soy muy devoto de las buenas y malas ideas, porque muy a menudo cada cosa es comprensible en su contexto, pero hay veces que algo araña mis retinas y me veo en la obligación de compartir mi dolor, para que otros no caigan en el error de revestir todas las paredes con pelotas de ping pong.

Tal vez es cosa mía, pero me parece que tanta pelota, en esos tonos, y en cada una de las paredes de un dormitorio tan exiguo como el de este apartamento de Brooklyn diseñado por Daniel Arsham, hace que resulte extremadamente oscuro y agobiante, incluso para alguien que adore el tenis de mesa.

Es más que probable que si se hubiera optado por crear una pared de impacto el resultado sería completamente diferente, y hubiera ayudado a ampliar visualmente el espacio gracias al contraste con el resto de superficies. Pero tal como se ha realizado —tenéis más imágenes en la galería— me parece una mala idea con todas las de la ley.

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Vía | Fubiz
Más información | Daniel Arsham
En Decoesfera | Una mala idea: crear una alfombra falsa marcando con cinta el suelo

Es tarde. Estoy caminando por la delgada línea que separa la noche de la madrugada y el sueño del insomnio. Mis párpados empiezan a pesar cada vez más mientras reviso la interminable lista de cosas por leer que se han ido acumulando durante dos semanas de viajes. Pero mis ojos aún consiguen detenerse, medio incrédulos, ante la noticia de que el Archivo de la Bauhaus ha lanzado una aplicación para el iPhone.

Entre sus muchas virtudes cabe destacar más de 100 imágenes de su colección, acompañadas de explicaciones escritas y narradas (en alemán o inglés), así como una visita guiada al museo de la Bauhaus en Berlín, que pude disfrutar el verano pasado y que recomiendo encarecidamente a todo aquél que viaje a la capital alemana.

Encima, por si fuera poco, es completamente gratis, así que no veo motivo alguno para no tengas ya la cuna del movimiento moderno en tu iPhone. Bueno sí, que no tengas uno.

Vía | Retro to Go
Más información | Bauhaus-archiv iPhone app
En Decoesfera | Busca casa desde el iPad con la aplicación de Idealista

Hace unos cuantos meses todos pudimos asombrarnos con la casa de Up hecha realidad gracias a un documental de National Geographic en el que lograban hacer volar una pequeña casa con globos de helio. Sin embargo hoy os traigo una réplica de la casa de Carl y Ellie en “Up”, que es clavadita a la de la película, incluso tiene globos (aunque no puede volar).

Esta loca idea la han tenido los chicos de Bargenter, una empresa de construcción norteamericana —por qué no me sorprende— que ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo en tratar de reproducir cada detalle de la vivienda. Según cuentan, han visto la película infinidad de veces en busca de información e incluso han estado en contacto con Pixar, que además de ayudarles están encantados con la casa.

En el vídeo se puede ver como la casa no es solamente idéntica por fuera, sino que también se ha recreado el interior inspirándose en la película, desde el diseño de la cocina hasta el salón, donde se puede ver el dibujo sobre la chimenea que pintó Ellie para no olvidar su sueño de viajar a las Cataratas Paraíso.

La casa, de unos 185 metros cuadrados y con la posibilidad de ser decorada con muebles similares a los de la película, está a la venta por aproximadamente un cuarto de millón de euros. Tal vez un poco cara, pero seguro que a más de uno le encantaría vivir en la casa de Carl y Ellie en “Up”.

Vía | Toxel
Más información | Bangerter Homes
En Decoesfera | La casa del Dr. Orva en “El Dormilón”

Aunque la sección antes y después es un habitual de nuestra bitácora, pocas veces tenemos la posibilidad de observar el proceso de transformación del espacio, y debemos conformarnos con una foto del antes (hecha de noche con un móvil viejo) y otra foto del después (con mucha más luz y una cámara decente con un gran angular).

Hoy, para vuestro deleite, os traigo un vídeo que muestra a Jaime Morrison Curtis, una autora y editora de Los Ángeles, decorando su porche trasero una alegre día de verano, con visita de los amigos para estrenarlo incluida.

Lo que más me fascina de la decoración, además de cómo se transforma el espacio, es en la cantidad de detalles que hay por doquier sin que el porche quede excesivamente recargado, ofreciendo un lugar muy agradable y acogedor en el que pasar las tardes estivales.

Muchos de los muebles y accesorios que pueblan el porche son fruto del trabajo de la propia Jaime, entre los que cabe destacar el sofá (más bien una cama de día), que está hecha con un palet y unas viejas tuberías. El colchón, que es de una cama de matrimonio, está forrado con una funda impermeable y la ropa de cama la tiñó ella misma en ese color salmón suave. Los fundas de los cojines también las ha hecho ella, incluídos los bordados con hilo de plata y oro.

Pero no solo el sofá, sino también las mesitas, el cojín del banco, las guirnaldas y muchas más cosas son obra suya, solo que los términos en inglés se me escapan y no me atrevería a afirmar de qué y cómo está hecha cada cosa, así que lo mejor es que veáis el video y la galería para disfrutar de una tarde decorando el porche trasero.

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Vía | Design Sponge
Más información | Prudent Baby
En Decoesfera | Antes y después: el baño de Garibarus

De izquierda a derecha, las sillas diseñadas por: Madeline Weinrib, Vicente Wolf, D.B. Kim y Alexandra Von Furstenberg

Normalmente no soy muy devoto de las reediciones de clásicos del diseño, es el equivalente al remake en cine; cuando no tienes ideas, usa las de otros y dí que es un homenaje. Sin embargo The Pink Swan Project tiene un buen motivo para darle un nuevo aspecto a la mítica silla Swan: la lucha contra el cáncer.

La idea, iniciada por Suite New York, es tan sencilla y manida como efectiva. 18 diseñadores de prestigio —entre los que se encuentran Karim Rashi, Vicente Wolf o Milly de Cabrol— han creado su propia versión de la famosa silla diseñada por Arne Jacobsen en 1958. Estas versiones serán subastadas en octubre (més del cáncer de mama) con el fin de recaudar fondos para la investigación.

Obviamente, el rosa es uno de los colores predominantes en los diseños, aunque no es el único. Hay estilos para todos los gustos, desde los más minimalistas hasta otros, digamos, atrevidos (cristales de Swarovsky incluidos). En la galería podéis ver algunos de los diseños que más me han gustado.

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Vía | Design Milk
Más información | The Pink Swan Project
En Decoesfera | Muebles de arquitecto: Gerrit Rietveld

Hacía tiempo que no me aventuraba con la adivinanza decorativa del viernes, y ya que vuelvo, lo voy a hacer con una adivinanza complicada que seguro que os recuerda a otras, porque la pista vuelve a ser la misma: nubes.

Como soy muy buena persona no va a ser la única pista que os voy a dar. También os puedo decir que la nube no es ni muy grande ni muy pequeña y que, muy importante, no es tan esponjosa como pueda parecer a primera vista. Por último, pero no por ello menos importante, he de admitir que a la imagen le he quitado algo que hacía que se entendiera mejor de qué se trata, para que veáis que lo pongo difícil, pero juego limpio.

Bueno, creo que con esas pistas tenéis suficiente como para empezar a discurrir. Se abren las apuestas.

En Decoesfera | Adivinanzas

Bajo del mar, bajo del mar, vives contenta siendo sirena, eres feliz… sería la canción canción perfecta para tararear en esta habitación que nos permite soñar durmiendo bajo el mar.

Normalmente es un famoso restaurante de las islas Maldivas que ofrece 16 mesas en una sala acristalada a metros de profundidad, en medio de un arrecife de coral. Pero para celebrar que cumplen cinco años, han convertido el restaurante en una maravillosa suite para dos personas en la que podemos dormir rodeados de peces, tiburones, mantas (de las que no abrigan) y demás fauna que habita el arrecife. La decoración es sobria y elegante, pero dudo mucho que alguien se fije en ella teniendo semejante espectáculo sobre sus cabezas.

No he conseguido averiguar el precio que habría que pagar por pasar una noche allí, pero seguro que está fuera del alcance del común de los mortales. Ahora bien, si te sobra el dinero, seguro que dormir bajo el mar es una experiencia inolvidable. El resto tendremos que conformarnos con una cabezada en algún acuario con túnel de cristal o echar la siesta con la cabeza muy pegada a la pecera.

Vía | Like Cool
Más información | Conrad Maldives Hotel
En Decoesfera | Hoteles bonitos: Hotel Diar el Berber en Matmata

Aunque la crisis —que gastada está esa palabra— ha mitigado un poco el problema, siempre tengo la sensación de que las grandes ciudades están siempre a medio hacer, con obras por acabar aquí y allí, algo que exagera hasta el extremo Megalomanía, una crítica a la ciudad en eterna construcción.

Realizado por Jonathan Gales como proyecto de un máster en arquitectura, el video muestra una ciudad compuesta únicamente por edificios en construcción, desde los más pequeños hasta grandes rascacielos. En realidad, es como si las obras llevaran paradas un tiempo, como si la ciudad fuera un proyecto megalómano que se hubiera quedado sin fondos a mitad camino, algo que seguro todos habéis visto en vuestras respectivas metrópolis (aunque a otra escala, claro).

Me gusta mucho el aire apocalíptico que transmiten las imágenes, cuidadas al detalle, fantasmagóricas como si de una película de miedo se tratara, extrañamente bellas a pesar del horror que muestran. Os recomiendo verlo a pantalla completa y recostados cómodamente en la silla.

Vía | Fubiz
Más información | Thoughts not thoughts
En Decoesfera | Las ruinas de Detroit

Hace tiempo que los agujeros de ratón ya no son habituales en las paredes de nuestras casas. Principalmente porque el ladrillo no es tan fácil de roer como la madera y porque las condiciones de salubridad de las ciudades han mejorado mucho el último siglo.

Aunque tener de verdad un agujero de ratón en la pared no es nada divertido —por todo lo que conlleva— si éste es un vinilo decorativo la cosa cambia, y nos recuerda a todos los ratones adorables de los dibujos animados y los cómics, como el ratón que Garfield nunca se come, a Tom persiguiendo al travieso Jerry o a la no menos adorable ratita de Ratatouille.

Resulta un guiño decorativo gracioso; no es muy invasivo y dudo que sea demasiado caro cuando los chicos de Flyphant decidan comercializarlo. Mientras tanto podemos tararear “Susanita tiene un ratón, un ratón chiquitín, que come chocolate y turrón, y bolitas de anís…”

Vía | Like Cool
Mas información | Flyphant
En Decoesfera | Prácticas pizarras adhesivas

Cuando uno decora una estancia, suele pensar en cómo se percibe desde diferentes puntos de vista. En un salón podemos tener en cuenta cómo se ve desde la puerta o sentado en el sofa, y desde esa perspectiva tendemos a realizar composiciones y distribuciones, pero pocas veces valoramos el punto de vista de la televisión; lo que la tele ve.

En esta serie el fotógrafo estonio Andris Feldmanis ha capturado a personas normales viendo la caja tonta, la mayoría con cara que hace honor al adjetivo, y de paso ha inmortalizado cómo se ve cada habitación desde una posición tan poco usual como es la de la televisión.

En las imágenes se puede apreciar como en la mayoría de los casos se ha descuidado lo que queda a la espalda del espectador, con paredes normalmente desnudas y composiciones muy poco cuidadas, como si solo importara lo que nuestros ojos ven cuando estamos sentados frente al televisor.

Obviamente, no hay que diseñar teniendo en cuenta lo que ve la tele. De lo que se trata es de intentar que la decoración trabaje bien como conjunto, que se vea bien globalmente, y no que hagamos composiciones u organizemos las cosas para que se vean bien desde determinado punto (por omisión o deliberadamente) o queramos conseguir un efecto concreto, y eso suponga un sacrificio demasiado costoso para el conjunto.

La geometría es la que nos da las herramientas —las proporciones, las alineaciones, los volúmenes…— para conseguir que un espacio sea bello desde (casi) cualquier punto desde el que se mire.

Os dejo con una extensa galería donde podéis apreciar cuán poco bello es lo que la tele ve, y eso que no tiene un espejo donde verse a si misma.

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Vía | Fubiz
Más información | Andris Feldmanis
En Decoesfera | Donde duermen los niños

Cuando uno piensa en un velero o un yate se imagina, además de los mareos la brisa del mar meciendo tus cabellos y las olas salpicándote la cara, una habitaciones pequeñas y compactas, como si de una caravana surcando los océanos se tratara. De hecho eso es lo normal, salvo que te sobre el dinero a espuertas y decidas vivir en el yate más caro del mundo.

A pesar de que no es de los más grandes y “solo” tiene 30 metros de eslora (mi casa no tiene eso de largo, y eso que es todo pasillo), en su interior aloja habitaciones tan amplias que cuesta creer que estemos en un yate.

Por fuera, obviamente, es de todo menos discreto, pues su casco está chapado en oro, un material que junto con la plata y, atención, los huesos de dinosaurio y las rocas de meteorito, forman parte de esta extravagante embarcación.

En las imágenes, que juraría que al menos algunas están renderizadas por ordenador, se puede apreciar la amplitud y grandiosidad de las salas y camarotes, aunque la decoración es un tanto convencional, al menos el dormitorio, con esas maderas oscuras combinadas con negro y las lineas tan poco atrevidas de los diseños.

Tampoco se puede apreciar ninguno de los lujos que hacen de este yate el más caro del mundo, ni rastro del oro y la plata, o los huesos de dinosaurios, aunque sí se ve el uso de la piedra en los cabezales y en otras paredes. Tal vez sean piezas que contengan fósiles, que todo podría ser.

En cualquier caso, un dormitorio que solo cabe destacar porque es sorprendentemente grande para estar en un yate relativamente pequeño, pero poco más. Mi estancia preferida es, sin duda, el comedor.

Viendo la foto os podéis imaginar lo agradable que debe de ser comer en la cubierta del yate con todas las vistas que ofrece pero a la vez resguardados del viento o, peor aún, de alguna ola indeseada que pudiera amargar la velada aguando la creación del chef que seguro tienen en la cocina (lástima que de eso no haya imágenes)

De nuevo la decoración es más discreta y convencional de lo esperado. Aunque los materiales son nobles todos ellos, no hay excesivo atrevimiento en el diseño, sino más bien todo lo contrario.

Como no podía ser de otra manera, el yate, diseñado por Stuart Hughes y de nombre History Supreme —nada ostentoso— también tiene zonas para relajarse en la cubierta y disfrutar de una copita del licor de diamantes que guarda en el bar.

Se estima que el precio del barquito ronda los —redoble de tambor, por favor— tres mil quinientos millones de euros, y que en total se han colocado más de cien mil kilogramos de piedras preciosas entre oro, plata, platino… Vamos, que si al empresario que lo ha comprado, supuestamente el millonario Malayo Robert Kuok, algún día le van mal las cosas, siempre puede llevarlo a una tienda de esas de Compro Oro y sacarse un buen dinero.

En fin, espero que me perdonéis esta pequeña dosis de frivolidad con el yate más caro del mundo, pero es que me ha parecido tal despropósito que no me ha quedado más remedio que compartirlo con vosotros. Si es que donde esté el barco de Chanquete…

Vía | Luxury Launches
En Decoesfera | Puertas abiertas: la casa más cara

Mi casa tiene un varios problemas, uno de los cuales afecta directamente al bienestar de mis plantas —que no son de plástico como las del alféizar de mi querida Fiona— y es que no tengo grifo en la terraza, por lo que tengo que hacer varios viajes desde la cocina para regar con abundancia la no menos abundante flora.

La ventaja es que en vez de manguera tengo regadera, un objeto muy proclive a tener diseños tan atractivos como esta preciosa regadera con aires de diva. Y cuando digo diva me refiero a cantante de ópera, no en el sentido peyorativo tipo “se me ha subido la fama a la cabeza y ahora solo riego con agua de azahar”.

Creada para Alessi por el gran Eero Aarnio, esta delicada regadera es una mezcla de la funcionalidad y simplicidad escandinava con el sentido del humor y la innovación del reconocido diseñador finlandés A mi, desde luego, me ha cautivado, especialmente en verde, aunque estará disponible en negro para los más serios.

Vía | No quedan blogs
Más información | Eero Aarnio
En Decoesfera | Recicladecoración: convierte tus botellas en macetas auto regantes

Creo que no hace falta que os explique el motivo de mi devoción por Dieter Rams. En diseño industrial es el equivalente a grandes figuras de la arquitectura como Mies Van der Rohe o Le Corbusier, es decir, un maestro; creador de innumerables joyas para la marca alemana Braun, algunas de las cuales ilustran este póster con los iconos del diseño de Dieter Rams.

La lámina es cosa de los chicos de Blue Ant Studio que han homenajeado al gran diseñador con una ilustración de lineas claras y sencillas donde podemos apreciar muchas de sus obras, entre las que cabe destacar el precioso centro de sonido SK-4 (arriba a la izquierda) o la famosa calculadora ET44.

Si tienes 40 euros que no te hagan falta, los puedes gastar para decorar la pared con estas maravillas del diseño impresas en papel de alta calidad. Si, como yo, prefieres guardarlos por si algún día se cruza en tu vida alguna de sus creaciones, entonces simplemente disfruta de la imagen.

Vía | Retro to Go
Más información | Blue Ant Studio
En Decoesfera | No me llames diseñador, llámame Ingeniero de la Gestalt

Hace unos meses os enseñé lo que podía ser vivir en nueve metros cuadrados, que era lo que medía el apartamento de una neoyorquina que no hizo demasiado por sacar lo mejor de tan poco sitio. Sin embargo, hoy os traigo nueve metros cuadrados muy bien aprovechados.

Se trata del proyecto Cube, de la Universidad de Hertfordshire, que consiste en un cubo de tres metros de lado en el que una persona podría vivir con todas las comodidades de un piso normal, aunque en miniatura. Además, está diseñado para que el impacto en el medio ambiente sea mínimo.

En sus nueve metros cuadrados caben una cocina completa, una cama de cuerpo y medio (120 cm.), un sofá, una mesa para dos, espacio de almacenaje e incluso una ducha amplia y una lavadora.

Nada más entrar tenemos el salón, con una gran ventana que llena de luz la estancia, donde dos pequeñas piezas forman un mínimo sofá. La mesa, bastante amplia, se desliza sobre una guía hasta colocarse en medio de la ventana, de forma que si desplazamos al otro lado uno de los asientos podemos comer con compañía.

Los sofás esconden una caja de almacenaje bajo los cojines y la televisión usa tecnología LED de bajo consumo, al igual que todas las luces de la casa. La ventana es de un alto aislamiento y está orientada a norte, para que en verano el sol no caliente la casa demasiado, aunque tratándose de Escocia, casi la hubiera orientado a sur para que se calentara en invierno (si es que sale el sol, claro).

Una extraña y compacta escalera con escalones minúsculos nos lleva al siguiente medio piso, donde está la cocina y el baño.

Como veis, la cocina es bastante grande, con una placa de inducción de cuatro fuegos, un fregadero amplio, muchos armarios y un gran banco de trabajo. El hueco bajo el banco nos permitiría “saltar” a la entrada (hay solo un metro de desnivel), para que os hagáis una idea del juego de alturas y la distribución.

Si seguimos subiendo llegamos a la cama —de 1,20 m. de ancho— que quedaría a la derecha de la imagen, mientras que a nuestras espaldas está situado un inodoro con separación de residuos y sistema de compostaje, así como medidas de ahorro de agua.

En el video —en perfecto inglés— podéis ver con detenimiento la casa y descubrir algunos detalles interesantes de la mano del Dr. Mike Page, promotor de la iniciativa. Si no domináis la lengua de Shakespeare os resumo los que me han parecido más relevantes y que aún no he mencionado:

• La altura máxima de cada estancia es de dos metros.
• La escalera solo se sube bien si empezamos a subir con el pie izquierdo.
• La madera con la que está construida la casa proviene de plantaciones sostenibles en el Reino Unido.
• Cuenta con placas solares fotovoltaicas que reducen su impacto ambiental.
• En la fachada sur no hay ventanas para que no se caliente en exceso en verano (me río yo de su calurosos veranos).

• La tetera va a juego con la cocina (esta es cosecha propia).

Bueno, espero que os haya resultado interesante este proyecto que trata de aprovechar al máximo nueve metros cuadrados, con el fin no solo de ofrecer viviendas económicas, sino también para reducir el impacto de la construcción en el medio ambiente. Si aún queréis más, aquí podéis ver una vista panorámica de 360 grados.

Vía | Toxel
Más información | The Cube Project
En Decoesfera | Una casa portátil y barata de emergencia

Una de las cosas que más envidiaba de mis amigos en el colegio era que muchos de ellos se iban a pasar algunos fines de semana y las vacaciones de verano en el pueblo, de donde siempre volvían con anécdotas relacionadas con animales de granja —algunas un poco truculentas— que yo no podía disfrutar en el acomodado chalet de mi abuela.

Probablemente si en mi infancia hubiera estado más cerca de gallinas, conejos, cerdos y demás, no me fascinaría tanto este corral con estilo para gallinas urbanitas, que me permitiría tener una mini granja con la que disfrutar de huevos frescos cada mañana sin que el diseño de mi terraza —o jardín— se resintiera un ápice. La idea se le ocurrió a Matthew Hayward, ingeniero y diseñador de muebles, cuando se dio cuenta que sus amigos no conseguían encontrar un gallinero que encajara con la decoración de sus terrazas.

The Nogg, que es el nombre del invento, está fabricado en cedro, una madera perfecta dadas sus propiedades antibacterianas y fresco olor, y la forma de huevo es perfecta para hacer referencia a su función. La única pega es que se fabrica por encargo y que su precio, dos mil y pico euros, da como para comprar huevos durante mucho mucho tiempo.

Vía | Design Sponge
Más información | Nogg
En Decoesfera | Un gallinero de lujo para tu jardín

Llevo toda la semana esperando que sea domingo, el día de mi post semanal de arte, para enseñaros este maravilloso tapiz dibujado a mano con un boli Bic. Lo tiene todo: es geométrico y a la vez tiene esas irregularidades propias del dibujo que lo hacen único.

Al estar hecho con un bolígrafo, parece algo casual, temporal y poco serio, como cuando en clase te pones a garabatear en la libreta y creas formas geométricas sobre la base de las hojas cuadriculadas. Lejos de ser un aspecto negativo, enfatiza y contrasta con la belleza de la composición, resultando casi increíble que algo tan bonito esté hecho con un instrumento tan poco noble.

El trabajo de Jonathan Bréchignac, que podéis ver casi terminado sobre estas líneas, tiene, sin embargo, una pega: no es original. Bueno, es original la idea de dibujar el tapiz con un boli, pero la geometría es una copia exacta de un tapiz musulmán, lo cual no le resta valor a su esfuerzo, pues ha tenido que ser un proceso largo y árduo, pero desvirtúa un poco el resultado final.

Os dejo ahora con una extensa galería con un sinfín de imágenes para que os podáis detener en los innumerables detalles del tapiz y cómo los ha ido recreando el ilustrador francés con paciencia y buena letra.

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Vía | No me toques las Helvéticas
Más información | Jonathan Bréchignac
En Decoesfera | Psychedelic room, una habitación para no dormir

Seguro que más de una vez, mientras disfrutábais de su frescor, os habéis preguntado cómo funciona el aire acondicionado. Porque todos tenemos más o menos claro cómo se produce calor, es algo que sabemos desde que alguien inventó el fuego en una caverna, pero el frío es algo mucho más reciente y enigmático.

Para lograrlo, es necesario licuar un gas sometiéndolo a mucha presión, de forma que sea líquido a una temperatura —la ambiental— a la que debería ser gas. Luego ese líquido lo liberamos de esa presión en el interior de nuestra vivienda para que se evaporice, absorbiendo la energía que necesita para el proceso del calor de la habitación.

Dicho a lo bruto, suena complicado de entender, así que os he preparado un vídeo explicando detalladamente cómo funciona el aire acondicionado. Espero que os guste.

Ver vídeo | En Youtube
En Decoesfera | Mil y un usos del iPad en casa

Llevaba un tiempo desencantado con el minimalismo. Empezaba a parecerme que todo era más de lo mismo y que se confundía con el vacío y el blanco, pero estos jarrones realmente minimalistas me han devuelto un poco la fe.

Weight Vases, que así se llama la serie diseñada por la tailandesa Decha Archjananun de Think Studio, son unos floreros reducidos a la mínima expresión, a su esencia, que no es otra que la de lucir en ellos las flores, algo que hacen con una elegancia pasmosa.

Creo que parte de su belleza radica en el contraste entre la pesada base de hormigón y la ligereza de la estructura en acero, que es la que genera la forma de jarrón sin apenas materia. Sin embargo, lo que más me fascina es la delicadeza con que parece sujetar la flor, como si tuviera miedo de lastimarla y simplemente sostiene su tallo como quien acaricia la piel de una mujer.

Vía | Minimalissimo
Más información | Think Studio
En Decoesfera | Póster con los iconos del diseño de Dieter Rams

Aunque no muchos la tienen en cuenta lo suficiente, la belleza de luz es parte esencial en la arquitectura. Algunos arquitectos como Tadao Ando y Louis Kahn hicieron con ella auténticas delicias, algo que también busca Nicholas Alan Cope con su serie fotográfica Lights.

Las imágenes, de gran sencillez y belleza plástica, me recuerdan mucho a algunas obras de Tadao, como por ejemplo la casa Koshino que os enseñé hace un tiempo, donde la única decoración del salón es un gran rayo de luz que entra por una rasgadura y se proyecta sobre el muro desnudo de hormigón.

En la serie, Alan Cope juega con la luz para crear diferentes sensaciones en el espectador, desde la armonía de la simetría hasta la soledad del haz aislado en un fondo negro. Os recomiendo que le echéis un vistazo a la galería, hay algunas imágenes realmente interesantes, aunque hay que reconocer que no imponen tanto como las del arquitecto japonés.

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Vía | Fubiz
Más información | Nicholas Alan Cope
En Decoesfera | Voids, una exposición de vacíos

Para acabar el especial hoteles bonitos, os traigo uno que es un poco diferente. De entrada, ni siquiera es propiamente un hotel, sino un château, un pequeño palacete, antigua residencia señorial. Además, no es bonito siguiendo los cánones habituales de belleza, sino que simplemente es encantadoramente acogedor y agradable.

Situado en el pueblo de Fondettes, el Château des Tourelles luce espléndido como muchas de las mansiones que podemos encontrar a lo largo y ancho de la región centro del valle del Loira. Se alza en lo alto de una leve y verde colina rodeada de árboles con su estilo de inspiración renacentista, la hiedra trepando por sus paredes, las buhardillas saliendo de la cubierta azulada… en fin, cuesta imaginarse un paraje más idílico.

Cuando llegas a la recepción —es un decir, porque no hay, solo sale la señora de la casa a recibirte— sorprende la amplia variedad de habitaciones a elegir. Hay dormitorios normales, obviamente, pero también se puede escoger pasar la noche en una pequeña ermita restaurada o incluso en el bosque.

La ermita donde pudo dormir mi compañera Victoria de Diario del Viajero, está situada el fondo del jardín trasero del palacete. Un jardín precioso donde flores y plantas de todo tipo se pelean entre ellas para ser las más bellas mientras paseas por los caminos de grava.

Se trata de una construcción muy pequeña, de planta cuadrada con apenas cinco metros de lado aunque relativamente alta. Sigue el estilo del edificio principal y ya desde fuera se percibe que anteriormente era un lugar religioso, pues la estatua de un santo guarda la entrada.

Una vez dentro, la virgen y el niño velan por nuestro sueño mientras una vidriera —como no— inunda con su luz y su color la estancia. A pesar de que dormir rodeado de tanto símbolo religioso puede echar para atrás a cualquiera, el lugar resulta acogedor. La decoración desenfadada, con texturas cálidas y colores claros, ayuda a sentirse a gusto en un espacio que otrora resultaría frío.

Aunque en la imagen se aprecia con dificultad, una muy cariñosa alfombra te recibe al abrir la puerta de madera original. El aparador también en madera y el resto de pequeños detalles convierten la estancia en un espacio más que agradable.

La única pega de esta habitación es que no dispone de baño propio, y hay que cruzar el jardín para llegar a uno en la casa, aunque la mujer no parecía darle mucha importancia. Supongo que ese aire desenfadado es parte del encanto del lugar. Ah, tampoco le llega la señal WiFi, así seguro que desconectas y te relajas.

Además de las habitaciones, el hotel tenía algunas salas comunes donde pasar el rato. La de la foto es la sala de esparcimiento general, con muchos sofás donde relajarse o ver una película en el proyector, mesas para leer o jugar a las cartas… todo con un estilo extraño y, de nuevo, desenfadado.

No parecía haber ninguna ley que gobernara la elección de los muebles, ni en su forma, ni en su color ni en su textura, ni siquiera en la manera de disponerlos. Todo resultaba anárquico y destilaba entropía por doquier, pero a uno le apetecía quedarse allí un rato apoltronado en el sofá o el sillón, ojeando un libro o simplemente escuchando pasar el tiempo.

Como podéis ver en las imágenes de la galería, el resto del Château des Tourelles sigue un estilo —por llamarlo de alguna manera— muy parecido. Las sillas de las mesas no casan unas con otras, ni siquiera la vajilla y la cubertería del desayuno es la misma para todos los comensales, pero afirmaría sin riesgo a equivocarme que es un hotel bonito. Ahora, no lo intentéis en casa.

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Más información | Château des Tourelles
En Decoesfera | Especial hoteles bonitos