El otro día estuve comprando una mesa de centro, y aunque al final me decidí por una, mi mente sigue un poco hiperactiva, sopesando aún si tomé la decisión adecuado, si tal vez debía haber optado por una mesa de centro más versátil, como 4+4, diseñada Jordi López Aguilo y Félix Mendoza.

Parte de la idea bastante utilizada de una mesita de centro capaz de alojar cuatro taburetes, pero gracias al ingenio de sus creadores, consigue darle una vuelta de tuerca a la flexibilidad, logrando ser mucho más que eso sin renunciar a un diseño muy atractivo.

Fabricada en OSB (Tableros de virutas orientadas) con detalles en neopreno, 4+4 es una mesa de centro formada por cuatro módulos con ruedas, que se pueden juntar y separar según las necesidades del momento, pudiendo conformar una mesa grande, una más pequeña con mesitas auxiliares, una mesa en L o incluso cuatro mesitas independientes. Además, cada unidad contiene un cajón que si se extrae completamente se convierte en un taburete.

La única pega que le veo es que los cajones no tienen fondo, por lo que no podemos guardar gran cantidad de cosas aunque no tengamos pensado usarlos como taburetes. Sin embargo, su atractivo precio, 390 euros —casi cualquiera medianamente decente ya los cuesta— la convierte en una opción muy interesante para aquellos que buscan una mesa de centro versátil.

Más información | Kutarq
En Decoesfera | El nebot del persianer, lámparas y muebles a partir de persianas recicladas

En el imaginario popular, las buhardillas son lugares oscuros y siniestros, llenas de trastos y en los que siempre se esconde algún ser malvado en las películas de miedo. Un poco así era esta hasta que los arquitectos de Quadratura la convirtieran en una buhardilla blanca y llena de luz.

En la foto del antes podemos ver como el espacio estaba poco aprovechado y nulamente decorado, una especie de zona de juegos para las niñas y a la vez trastero, tendedero y cuarto de invitados. También es cierto que es la clásica foto del antes, con mala calidad, mal encuadre y esta, para mis inri, en blanco y negro, pero aún así el cambio es considerable.

Ahora la buhardilla es un lugar muy agradable, no sólo por el color blanco que inunda de luz la estancia, sino por la elección de la madera como material principal, un friso de madera lacada en el revestimiento de paredes y techos, y teca blanqueada para los suelos. También se ha utilizado el blanco para las puertas de los armarios y el resto del mobiliario.

Se han añadido algunas notas de color con los peluches del sofá y la lámpara de mesa, así como los colores que se vislumbran tras los cristales de los armarios. Aunque para color, el del baño, revestido casi en su totalidad por microcemento de color púrpura, incluida la encimera y el frente del cajón.

Tanto púrpura resulta un poco excesivo, pero me gusta el contraste que genera con el resto de la buhardilla. También me gustan los lavabos, de formas sinuosas y poco convencionales, así como el revestimiento de la zona de la ducha, como si se tratara de un empedrado de piscina.

En definitiva, un cambio interesante para esta buhardilla, que ahora abraza el blanco y la luz para convertir un espacio infrautilizado en un lugar lleno de alegría que hará las delicias de las niñas que la habitarán.

Más información | Quadratura arquitectos
En Decoesfera | Proyecto minue: el baño

Arte, arquitectura y decoración siempre han estado muy relacionados, pero cuando una artista decide hacer una incursión en el mundo del diseño de muebles y accesorios, se nota. Blanca Gortari ha logrado unir arte y decoración en una colección personal.

En su haber encontramos objetos de todo tipo, desde algunos puramente ornamentales —coloridas letras y formas con las que darle alegría a nuestras paredes— hasta otros más funcionales, como mesas, espejos y cabeceros. Todo sin renunciar a su estilo propio, que me voy a atrever a calificar como una mezcla entre el étnico y el modernismo de Gaudí.

Mesas

Se trata de piezas realizadas a partir de puertas antiguas y recuperadas, sobre las que se ha pintado en acrlílico con diferentes motivos. Luego se han empleado como tablero de una mesa de centro o auxiliar, que no pasará desapercibida en el salón. Esta en concreto se llama Keka, y tiene un tamaño de 120×50 centímetros.

Eso sí, habría que ponerles un cristal encima, porque yo no me atrevo a dejar un vaso encima de tan delicados dibujos, lo cual me lleva al siguiente punto, los posavasos y bajoplatos, otra de las delicias de la colección.

Posavasos y bajoplatos

He de decir, que las formas orgánicas y los colores alejados de los primarios nunca han sido santo de mi devoción, hijo del neoplasticismo como soy, pero estos me tienen un poco hipnotizado, quizás por la geometría regular de sus formas o por la delicada combinación de colores.

Están realizados con vinilo sobre metraquilato, así que quedarán preciosos sobre una mantelería con algun bordado o troquelado como la de la foto, para que ambos patrones se superpongan y se combinen, generando uno nuevo graciosamente aleatorio.

Espejos y la serie Signs

Ahora mismo solo hay dos en la colección, ambos en tonos rosas, morados y violetas, colores que a la artista y poetisa parece gustarle bastante y que transmiten al mismo tiempo viveza y calma. Las formas de los espejos recuerdan bastante al clásico espejo sol, que tantas versiones y reinterpretaciones ha recibido a lo largo del tiempo.

A juego tenemos otros accesorios ornamentales, que eventualmente pueden servir de marco para fotos y espejos, o simplemente decorar una pared, una puerta o un cabecero, aunque para el cabecero, mejor optar por la siguiente opción. También como parte de la serie Sign hay un abecedario completo, decorado con patrones similares, y con el que podemos personalizar una habitación infantil.

Cabecero a partir de una contraventana

Hace un par de meses, cuando os hablé de decorar con contraventanas, vimos cómo podíamos usarlas de cabecero, pero aquí Blanca va más allá, y convierte la contraventana en una obra de arte que colocar sobre nuestra cama.

Realizado en acrílico sobre la madera recuperada de una antigua contraventana, la mezcla de la asimetría de sus formas con la simetría de los dibujos resulta intrigante e hipnótica, creo que es la segunda vez que me hipnotiza ya.

Troncos pintados y mucho más

Además de lo mostrado, su colección también alberga pequeños accesorios decorados, como botellas, cajas, joyeros, macetas… y cómo no, sus troncos pintados, su obra insignia, esculturas que le darán alma a cualquier rincón de nuestra casa.

Os dejo con un video que resumen la obra de Blanca Gortari, que ha unido arte y decoración en una colección muy personal que espero os guste tanto como a nosotros. Muchas gracias a ella y su equipo por compartir su trabajo con nosotros, y si vosotros sois diseñadores, decoradores o arquitectos, y queréis compartir algo con Decoesfera, podéis hacerlo a través de nuestro formulario de contacto.

Más información | Blanca Gortari
En Decoesfera | 4+4, una mesa de centro muy versátil

Como una estantería gigante, así la define Hiroyuki Shinozaki, el arquitecto a cargo de esta casa nada convencional que ha diseñado para una pareja en un pequeño solar de 70 metros cuadrados en la ciudad de Tokio.

La verdad es que la analogía está bien traída, porque la vivienda se organiza a partir de bandejas situadas a diferentes alturas en una gran estructura reticulada de pilares y vigas sobre los que se apoyan. Como una estantería en la que colgamos lejas donde mejor nos conviene, solo que a lo grande.

La casa esta ubicada al final de una estrecha calle, donde encontramos una puerta de madera que se recorta en la superficie tensa de una de las caras del gran cubo que conforma el edificio. Al traspasarla, accedemos a la planta baja, que aloja el recibidor y el vestidor y la zona de baño.

El baño se encuentra situado en el extremo opuesto a la entrada —no se ve en las imágenes— justo bajo la cocina. Resulta un poco extraño que esté situado en esta planta, pero tiene sentido ya que es el único espacio realmente privado de todos. Por las escaleras de madera, que también son una estantería, accedemos a la planta superior, donde encontramos la zona de cocina y comedor.

Todo está amueblado de forma minimalista, casi austera, monegasca incluso. Solo se ven los muebles estrictamente necesarios para cumplir la función de cada espacio. En el comedor, por ejemplo, hay una mesa con dos sillas, dulcemente bañadas por la luz de una gran ventana.

La cocina también es muy luminosa, pero de nuevo ha sido reducida a la mínima expresión. Un gran banco sustentado por caballetes, y como única concesión a las inevitables necesidades de almacenaje, unas lejas a la vista sobre la bancada. Nada más.

Desde el comedor se accede la sala de estar a través de una escalera de mano, y de ésta a la zona de dormitorio en un nivel ligeramente inferior, que vuelca sobre la cocina, aunque ambos espacios son muy versátiles, y pueden variar dependiendo de las necesidades, convirtiéndose en zonas de lectura, de descanso, de juego, habitación de invitados… el nombre es lo de menos, y el tipo de estancia lo define el uso.

Lo de las escaleras de mano es realmente sorprendente, por poco práctico y hasta peligroso. Entendería que hubiera una así para acceder a la buhardilla y la terraza —como también la hay— pero para subir y bajar todo el rato a la sala y el dormitorio, no me parece nada adecuado. Ni que los habitantes fueran el Mario original tratando de rescatar a una princesa de un Donkey Kong lanzando barriles.

Ya solo queda por enseñar la buhardilla, que también es en parte despacho, a tenor de una de las bandejas situadas sobre la cocina, a una altura tal que permite utilizar las vigas como mesa del despacho. De momento solo se ve un piano y una silla, pero en otras imágenes también hay libros y un ordenador, dando alegría a este extraño espacio superior.

Aquí también se ve algo en lo que el arquitecto insiste, y es en como las lámparas ayudan a bañar de luz todos los espacios inferiores, como si se tratara de una gran casa patio. La última escalera lleva a la terraza, como se puede ver también en la sección explicativa, aunque no me imagino llevando un cesto de la ropa a través de todas esas escaleras de mano.

Sin duda, una casa muy poco convencional. Me gusta la propuesta del arquitecto a la hora de organizar el programa, que resulta en unos espacios muy agradables e interconectados entre sí, tan bellos conceptualmente que no le hace falta ningún añadido decorativo. Pero lo de las escaleras no me convence nada de nada, incluso para mí, que siempre antepongo el espacio a muchas otras cuestiones funcionales.

Como siempre, os dejo con una galería de imágenes para que tratéis de entender un poco mejor esta casa estantería . He de reconocer que a mi me ha costado un buen rato poder descifrarla para explicárosla.

Galería de fotos

(Haz click en una imagen para ampliarla)

Vía | Minimalissimo
Más información | Hiroyuki Shinozaki Architects
En Decoesfera | Casas que inspiran: un skater con mucho gusto

En un mundo ideal, mi mesa de trabajo estaría despejada de papeles y en ella solo estarían mi ordenador, mi teclado, mi ratón y alguno de estos accesorios minimalistas para el escritorio. Desafortunadamente ahora mismo es un vórtice de entropía, así que voy a evadirme un poco compartiendo estas delicias con vosotros.

Los que veis en la imagen principal son de Pulp, en cuya colección podemos encontrar auténticas joyas, como distintos blocs de mesa con sitio para colocar los lápices, el sacapuntas, la goma de borrar e incluso unos clips, pero no es lo único que os tengo preparado.

También me gusta muchísimo este organizador de escritorio, en el que colocar los lápices y bolígrafos que más utilizamos de forma clara y limpia. Es mucho más práctico que un bote, en el que siempre acaba cundiendo el desorden y nunca aciertas a coger el que buscas. Además, si también eres exquisito a la hora de escoger los bolígrafos, puede quedar precioso en la mesa.

El precio del bloc de notas, que incluye también los lápices, las gomas y otros complementos, es de unos 50 euros al cambio —varía un poco dependiendo del modelo— gastos de envío a todo el mundo incluidos —esto sí que es una sorpresa— mientras que el organizador cuesta 43 euros al cambio.

Muy bonitos, diréis, pero yo quiero algo realmente minimalista. De acuerdo, aquí os presento Rolu.

Creado por Chiaki Murata, uno de los diseñadores más reconocidos de Japón, Rolu es un bloc de notas infinito, como un rollo de papel higiénico, que espera sobre nuestra mesa para que tiremos de él y apuntemos aquello que necesitemos, ya sea una idea o un número de teléfono.

Incorpora perforaciones cada diez centímetros para poder cortar las notas fácilmente y su peso es la clave de su sencillo e ingenioso funcionamiento. Y si me permitís una sugerencia, acompañadlo en la mesa con otra creación de Murata, el bolígrafo Corda, que se mantiene en pie elegantemente a la espera de que lo necesitemos.

Ambos están disponibles en tres colores: blanco, como no podía ser de otra manera, negro, que también es muy minimalista, y naranja, por si necesitamos darle una nota de color a la mesa. Su precio es una incógnita para mi, aún no leo el japonés fluído.

Ya por último, llegamos al minimalismo más radical de la mano de la diseñadora suiza Marie Schenker que ha reducido un dispensador de celo a la mínima expresión. Tengo mis dudas sobre lo cómodo que será de usar —normalmente son pesados para poder cortar celo con una mano— pero desde luego que es atractivo.

Espero que os haya gustado esta colección de accesorios minimalistas para el escritorio. A mí me ha inspirado a despejar mi mesa de trabajo y así tener una excusa para comprarme alguno de ellos, porque ahora mismo no tendría ni donde colocarlos, y eso que mi mesa es más bien grande.

En Decoesfera | X-Table, la mesa de trabajo que se adapta a nuestra altura

Una de las tradiciones más arraigadas y significativas de Estados Unidos es Acción de Gracias o Thanksgiving, que se celebra hoy. Su origen se remonta a la llegada de los primeros colones ingleses, que recibieron la ayuda de las tribus indígenas, y a las que les ofrecieron una cena de agradecimiento al año siguiente. Desde entonces se ha convertido en la reunión familiar por excelencia, el equivalente a nuestra comida de Navidad, por lo que hoy hoy os traigo cinco mesas de Acción de Gracias que nos pueden inspirar en Navidad.

Se trata de cinco mesas decoradas por diferentes diseñadores norteamericanos inspirados por tan señalado día. La temática no es exactamente la misma, pues en estas mesas aún tiene mucha presencia el otoño, pero tienen suficientes analogías como para ayudarnos a buscar nuestro estilo.

Esta primera es de Alder & Co, que nos presentan la mesa más navideña de todas, con detalles en rojo y verde. Es una mesa sencilla, sin mantelería —únicamente servilletas—, sin excesivos adornos, y cuyo mayor atractivo reside en el contraste del tablero negro con la vajilla blanca y las notas de color de las flores.

Siguiendo con la sencillez y los contrastes, veamos ahora la mesa decorada por Weego Home, de Santa Mónica. Con su mesa, ellos aconsejan mantener el diseño sencillo, evitando sobredecorar para que así las piezas escogidas vean realzada su belleza. Un toque natural con flores siempre ayuda.

De nuevo la mantelería se mantiene en la minima expresión, solo unos pequeños manteles individuales de formas geométricas protegen la preciosa madera del roce de los platos. Quizás resulte excesivamente austera para algunos, pero parece un lugar agradable en el que disfrutar de la compañía.

Nos vamos ahora al extremo opuesto, la mesa de Acción de Gracias de Furbish, que nos propone una explosión de colores, estampados y elementos decorativos por doquier. No sabría decir qué es lo que llama más la atención, porque todo lo que hay en la mesa lucha uno con otro por captar nuestra mirada, desde el mantel con motivos asiáticos dibujados en rosa al gran jarrón chino azul.

Tampoco pasan desapercibidos los salvamanteles, las servilletas y la cantidad de accesorios y detalles que hay por la mesa, como pequeñas calabazas y hojas del otoño. En Navidad podríamos cambiar éstas por bolas del árbol y hojas de acebo, aunque yo os pediría que evitarais decorar tan profusamente vuestra mesa.

Otra mesa nada convencional es la decorada por Michele Varian, que más que de Navidad o de Acción de gracias parece una mesa para una cena de Halloween. No sólo por el color negro predominante, sino también por los accesorios como el tenebroso candelabro negro o el servilletero que es una réplica dorada de un corazón humano.

Aunque si tenemos que asustarnos con algo es con los motivos que decoran el fondo de los platos, que parecen sacados de alguna artista apocalíptico de estilo Steam Punk. Creo que no hace falta que deje claro que no me entusiasma en exceso, aunque si tuviera que elegir entre esta y la anterior, creo que prefiero la oscuridad a sufrir un ataque epiléptico.

Llegamos ya al final de nuestras cinco mesas de Acción de Gracias que nos pueden inspirar en Navidad con el trabajo de Eddie Ross, que es un punto intermedio entre todos los mostrados hasta ahora, ya que es colorido, pero no en demasía, y tiene detalles en rojo y dorado —muy navideños ellos— así como centros frutales, pero sin resultar recargado.

Me gusta el detalle de las tarjetas asignando el sitio que están sujetas en una castaña en el plato y también el centro de frutas con uvas. Quizás el mantel azul sea excesivamente llamativo y yo optaría por uno más neutro, pero es una mesa sencilla y a la vez atractiva.

Y vosotros ¿habéis pensado ya en la decoración de la mesa de Navidad? ¿Os gustan estas ideas o preferis algo más tradicional?

Imágenes vía | Alder & Co, Weego Home, Furbish, Michele Varian y Eddie Ross en Design Milk
En Decoesfera | Algunas ideas para decorar tu mesa de un modo diferente en Halloween

Elegir las lámparas de mi casa ha sido toda una odisea. Ni tenia las cosas claras ni demasiado dinero para gastar, incluso por momentos dudé si conservar alguna de las viajas lámparas de latón imitando cobre que había dejado el anterior dueño. Ahora, al ver estas preciosas lámparas de cobre con las que darle un toque vintage a la decoración, me vuelven a asaltar las dudas.

Estas en concreto son recreaciones de Dan Charlton, un habilidoso cristalero norteamericano que las fabrica de forma artesanal. Las autodenomina lámparas vintage, aunque en realidad caminan por la delgada línea que separa lo vintage de lo retro, ya no recupera lámparas antiguas, sino que las hace nuevas a imagen y semejanza de las antiguas.

Me gusta su aspecto, que combina la sencillez geometrica de sus formas con la calidez que le aporta un material tan noble y poco valorado estéticamente hoy en día como es el cobre, pero también resulta interesante la historia detrás de cada lámpara.

La mayor de ellas, de 30 centímetros de diámetro, tiene ese tamaño debido a la bombilla para la que fue diseñada. Por lo visto, en 1915 se comercializó la bombilla Mazda Edison C, de 500W de potencia, que desprendía un calor considerable y, por tanto, necesitaba una pantalla lo suficientemente alejada de ella para que no estallara por culpa del calor.

Además del cobre, también ofrece versiones de sus lámparas en acero negro, que aunque no tiene el encanto del cobre, es igualmente atractivo y muy interesante para aquellos que busquen una lámpara con estilo pero que encaje en la gama cromática escogida, que es el mayor inconveniente del cobre.

Os recomiendo que visitéis su tienda en Etsy, donde tiene una gran variedad de modelos y tamaños. Sorprendentemente, los precios son más que razonables, en torno al centenar de euros al cambio dependiendo de la lámpara escogida. Lo malo, los gastos de envío, que no son despreciables, aunque teniendo en cuenta lo caras que son las lámparas y lo difícil que es encontrarlas bonitas, es como para pensárselo.

Más información | Dan Charlon en Etsy
En Decoesfera | Con madera y LEDs se construye una gran lámpara

Construirse sótanos de varias plantas, eso es lo que han hecho los habitantes de los adinerados barrios de Kensington y Chelsea en Londres al ver que se empezaban a quedar sin sitio en sus mansiones. ¿Por qué conformarse con decenas de habitaciones y grandes salones pudiendo tener un sótano con piscina, bolera y hasta un muro de escalada?

El precio del suelo en eso barrios roza la locura, y la normativa urbanística es muy estricta en cuanto a su ocupación se refiere; no admite añadidos de ningún tipo ni a lo alto ni a lo ancho, pero por lo visto no dice nada de lo profundo, así que los dueños de las mansiones han decidido ampliar hacia abajo sus casas.

Garajes, salas de juegos, piscinas, gimnasios… todo lo que se os pueda ocurrir tiene lugar debajo de las grandes mansiones londinenses. Guiándonos por la ilustración, hasta cuartos de sirvientes, lo cual de ser cierto sería hasta inhumano, porque una cosa es jugar a los bolos sin luz natural y otra que en tu dormitorio no puedas ver la luz del sol.

Aquellos que lo hacen argumentan que es una forma de ampliar sus comodidades sin molestar a nadie, y que además es una manera de afianzar las estructuras de las viejas mansiones, aunque teniendo en cuenta el elevado nivel freatico de la capital británica y la profundidad prevista, lo dudo mucho.

Personalmente, me parece una locura desmedida que haya gente viviendo en un puñado de metros cuadrados, o incluso ni tiene un techo bajo el que cobijarse, mientras otros gastan millones de euros en construirse una pista de pádel subterránea. Sé que es un dinero que ellos o sus antepasados ganaron, y que el capitalismo funciona así, pero cosas así ponen de manifiesto lo poco y mal repartida que está la riqueza en el mundo.

Vía | Like Cool
Más información | The Guardian
En Decoesfera | Antes y después: una buhardilla blanca y llena de luz

Ante vuestros ojos tenéis una pared de impacto con 99 cuadros dibujados a mano, con rotulador y mucha mañaa, por el artista y diseñador Timothy Goodman. La pared en cuestión no es la de su dormitorio, como cabría imaginar, sino la de una de las habitaciones del Hotel Ace en la ciudad de Nueva York.

Es precisamente la Gran Manzana la protagonista de todos los cuadros, aunque desde un punto de vista más bien sarcástico, haciendo referencia a las palomas invasoras, las ratas, las cucarachas… además de las clásicas atracciones turísticas de la ciudad.

Dejando de un lado la temática de los cuadros, que puede ser más acertada o no, sí que me resulta atractiva esta pared de impacto dibujada. Tiene personalidad, es llamativa sin ser excesivamente cargante, ayuda a dotar a la cama de un cabecero y a la habitación de un fondo de perspectiva.

Sin embargo, no tengo tan claro que en vivo y en directo las sensaciones sean las mismas, y a lo mejor parece más una pared garabateada que una obra de arte de varios metros cuadrados. Así que os pregunto, ¿Es esta pared de impacto con 99 cuadros dibujados una buena o una mala idea?

Vía | Fubiz
Más información | Timothy Goodman
En Decoesfera | ¿Buena o mala idea? un mural portería en la habitación de los niños

El hotel Yasmin en Praga produce sensaciones contradictorias, pues es un hotel de diseño en un edificio centenario del centro de la ciudad. Desde fuera, y a excepción del cartel, uno se espera entrar en un lugar que bien podía haber pisado alguno de los últimos emperadores austrohúngaros, pero nada más alejado de la realidad.

Una vez dentro te percatas de que estás ante otro tipo de hotel, alejado de los estereotipos clásicos y modernos establecidos para hoteles de cuatro estrellas, que ha optado por una estética relajada y relajante, con una decoración desenfadada en la que predominan los tonos claros de verde, la madera y los grises.

En la recepción y los grandes espacios públicos de la planta baja ya se percibe que las formas y motivos orgánicos van a tener mucho protagonismo en el hotel. No sólo por el color verde, sino también por las grandes hojas que decoran las paredes, la escultura que preside la cafetería y el gran patio arbolado que la ilumina.

Tanto el exterior como las primeras impresiones del interior habían sido muy buenas, así que abrí con ilusión la puerta de la habitación para llevarme una pequeña decepción. No es que la habitación estuviera mal decorada o resultara poco agradable, pues transmitía serenidad y calma, pero la verdad es que me esperaba algo más.

Al entrar, como suele ser habitual, hay un pequeño pasillo desde el que se puede acceder al baño, y en el que encontramos un espejo de líneas curvas. Un poco más adelante se situa una pequeña mesa ovalada con dos sillas, mientras que al otro lado hay un mueble aparador que contiene el minibar. Al fondo, con líneas más contemporáneas, las dos camas y una pequeña televisión colgada.

No se a vosotros, pero a mi me transmitió mediocridad. De hecho, tuve que confirmar que se trataba efectivamente de un hotel de cuatro estrellas, porque aunque la intención de diseño era buena, los acabados de los materiales me recordaban a los de esos muebles de bajo precio y formas llamativas que a veces encontramos en cadenas de mueble kit.

Quizás lo más destacable es que el armario parece flotar en el aire, como si se apoyara en el mueble auxiliar, pero de nuevo se vuelve a apreciar la media calidad de los materiales y, sobre todo, la pésima combinación de colores y texturas, desde el suelo de moqueta a la mezcla de diferentes tonos de maderas con el blanco plasticoso de la mesa y las sillas.

Tal vez es que le tengo poco cariño a ese tono de la madera, que siempre me ha parecido que dificilmente combina con nada, o es que la miré con malos ojos, pero la sensación que me transmitía la habitación es la de querer y no poder, algo que confirmé al entrar en el baño.

Para describir el baño la verdad es que no me salen las palabras. Está cubierto de azulejos negros brillantes, con las piezas en porcelana blanca y un gran espejo sin marco alguno. Podría haber pasado por un baño transgresor y de diseño, pero de nuevo los acabados de los materiales y de las piezas le delataban. Solo hay que fijarse en el diseño del lavabo y el grifo escogido, así como el dispensador de jabón: de nuevo mediocre.

No es que el Hotel Yasmin en Praga sea un mal hotel, en absoluto, es agradable, luminoso, las habitaciones son amplias y el trato exquisito, pero aunque se autoproclama hotel de diseño, se queda en un discreto intento que solo por momentos se despega de las clásicas cadenas de tres y cuatro estrellas.

Más información | Hotel Yasmin
En Decoesfera | Hotel Hacienda Zorita: tranquilidad y diseño en Salamanca

Aún no soy padre, aunque mi reloj biológico empieza a pedírmelo, algo que noto en la baba que discurre por la comisura de mis labios al ver a los retoños de otros y en que empieza a parecerme adorable todo lo relacionado con decoraciones infantiles o cosas como este precio póster con el que recordar el primer año de tu bebé.

Se trata de una cuidada ilustración en la que podemos apuntar la evolución de nuestro pequeño desde su nacimiento hasta que tiene un año de edad. Desde cosas básicas como su peso, altura, pelo o color de ojos hasta eventos importantes como el día que empezó a gatear o andar, entre muchos otros.

Es como una especie de diario del bebé, solo que en forma de póster en la pared, que además de servir como recuerdo imborrable también será un perfecto motivo decorativo de la habitación del niño hasta que llegue a la adolescencia y empiece a renegar de su infancia, momento en el cual convendría ponerlo a salvo antes de que lo sustituya por el póster de un grupo de moda o algún jugador de fútbol.

Está disponible en dos colores, con el fondo gris o con el fondo azul, aunque las letras son en rojo indistintamente en uno u otro. Su precio es de unos 30 euros al cambio y está impreso en un bonito y resistente papel de 45×55 centímetros. Un formato un poco extraño al que costará encontrarle un marco, todo sea dicho.

Vía | Compradicción
Más información | Strange Birdy Studios
En Decoesfera | Hazlo tú mismo: ponle una puerta al Ratoncito Pérez

Igual es mi sensación, pero incluso a pesar de la crisis, hay en la sociedad actual una cultura de desprestigio de lo antiguo, de que solo lo nuevo tiene valor. He de confesar que en su día sucumbí a ella, pero cada vez veo más belleza en objetos y técnica de otras épocas, como estos preciosos artesonados mudéjares de Los Tres Juanes.

Son una empresa de Granada que empezó como un pequeño taller de carpintería, y que ahora recibe encargos de todo el mundo gracias a su capacidad de adaptarse a las nuevas exigencias de entrega sin renunciar a la parte artesanal del proceso, que es la que hace de sus artesonados auténticas obras de arte.

El arte mudéjar se desarrolla en la península entre los siglos XII y XIV, y es una mezcla entre los estilos cristianos (Románico, Gótico y del Renacimiento) junto con el islámico. La utilización de madera para decorar los techos es uno de sus elementos más representantivos, con un gusto claro por las celosías y otros elementos geométricos.

Es esta geometría la que convierte a estos artesonados no solo aptos para decorar edificios públicos, sino también para salones y otros espacios solemnes, siempre en casas de cierto tamaño claro, o resultaría agobiante. En cualquier caso, felicidades a los trabajadores y artesanos de Los Tres Juanes por sus preciosos artesonados mudéjares, que no todo el arte que enseñemos los domingos va a tener que venir del extranjero.

Vía | Yanko Design
Más información | Los Tres Juanes
En Decoesfera | El hijo del renacimiento

¿Merece la pena montarse la cocina de Ikea? Es la pregunta que me hice muchas veces antes de decantarme por el sí y encargarme de ejecutar personalmente la cocina del Proyecto minue. Aunque estoy muy satisfecho con mi decisión, no ha sido en absoluto un camino de rosas, por eso he pensado compartir con vosotros la experiencia y así poder ayudaros a tomar una decisión si alguna vez os encontráis en la misma diatriba.

Uno de los principales motivos para comprar la cocina en Ikea, al menos en mi caso, fue el precio, sensiblemente inferior a las opciones que me ofrecían otras cadenas de muebles, y con unos acabados sensiblemente mejores, no tanto por las puertas, que también, sino por los mecanismos y la calidad y variedad de las estructuras de armario.

Montar armarios es fácil, que estén todos a nivel, no.

También me convenció la cantidad de accesorios que ofrece hechos a la medida de sus cajones y armarios, y la posibilidad de cambiar el aspecto de mi cocina más adelante con sólo sustituir las puertas, sin grandes esfuerzos. Lo último que terminó de decantar la balanza fue la encimera de madera que escogí: barata y preciosa, aunque luego me diera muchos dolores de cabeza durante el montaje.

Pero bueno, no estamos tanto aquí para ver si merece la pena comprar la cocina de Ikea como para decidir si montarla uno mismo es una buena idea o una locura desmedida.

Ventajas de montarse la cocina de Ikea

• Es más barato, porque te ahorras el dinero del montaje, aunque hay que tener en cuenta que necesitarás comprar algunas herramientas que no son baratas y no suelen formar parte de la caja de herramientas media, como un sierra de calar, una sierra circular, un destornillador eléctrico y un taladro. En mi caso las tenía todas o tenía quien me las dejara, así que punto a favor.

Cuanto más pequeña es una cocina, más cosas hay que personalizar para sacarle provecho

• Puedes personalizar más la cocina. En mi caso era crucial, ya que debía aumentar la profundidad de los armarios altos para que me cupiera el termo eléctrico, y también reducir la anchura de uno para que me cupiera en el hueco, amén de otro ajustes menores como serrar la puerta del lavavajillas y cosas por el estilo.

• Puedes tomar decisiones sobre la marcha. Aunque tengas el diseño claro y lo hayas pensado todo una y otra vez, la realidad se demuestra tozuda y es normal encontrarse con cosas que no encajan, que no quedan cómo imaginaste o que simplemente no tienes claro cómo las quieres. Si encargas el montaje, tendrás muy poco tiempo para tomar estas decisiones e incluso es probable que el montador las tome por ti y la cosa no tenga arreglo.

• Puedes ser más perfeccionista. A la hora de cuidar los detalles, no es lo mismo que el montador vaya a ser el futuro usuario que un asalariado. En ese sentido, montar tu propia cocina te garantiza que tú serás el que fije el control de calidad.

• Es muy satisfactorio. Una vez acabada la obra, te sientes realizado de ver que has sido capaz de montar esa cocina tú solo —bueno, quien dice tú solo dice con la ayuda de novias, padres, hermanos y amigos— y la verdad, se disfruta como nunca hubiera imaginado.

Cuando las cosas empiezan a salir, no puedes retener unas lágrimas de felicidad

Inconvenientes de montarse la cocina de Ikea

• Puede salirte caro. En mi caso, teniendo en cuenta que soy trabajador por cuenta propia, supuso mucho estrés estar montando la cocina y teniendo que escribir, diseñar y cumplir plazos con los clientes. Teniendo en cuenta el coste de oportunidad, es decir, que no podía trabajar y montar la cocina a la vez, no debí ahorrarme mucho dinero.

• Lleva su tiempo. Ni una, ni dos, ni tres tardes, ni dos fines de semana, sino mucho más. Es cierto que mi cocina era complicada, con una especie de península con la que perdimos mucho tiempo tomando medidas y ajustando alturas y niveles, así como los armarios altos personalizados, pero todo lleva mucho más tiempo del que os podéis imaginar.

• No todo sale perfecto. Herramientas que se rompen, tornillos que no son los adecuados, cortes que no quedan bien, equivocaciones en el diseño… surgen muchas pegas durante el montaje que pueden llegar a ser desesperantes. Hay que tomárselo con paciencia, filosofía y mucha alegría. Si no, no merece la pena.

Cómo te odio, fregadero Boholmen

• No todo está pensado para principiantes. Al diferencia del resto de muebles de Ikea, no todo en el montaje de la cocina es a prueba de novatos. En general montar los armarios y cosas por el estilo es fácil, pero por ejemplo la encimera de madera costó horrores de cortar a medida, especialmente para hacer el hueco del fregadero y la vitrocerámica, e incluso quemamos una sierra de calar y se dobló un disco de la circular. Tampoco tengo que recordaros la lucha con el fregadero Boholmen y el grifo Ringskär.

• Puede acabar siendo frustrante. No lo fue para mí, porque todo al final salió bien, pero os aseguro que es un sentimiento que me abordó eventualmente, cuando parece que no ves el fin y todo se tuerce en el camino. Insisto, además de algo de maña, hace falta voluntad y que te guste el bricolaje. Si te saca de quicio montar una mesa Lack, esto no es lo tuyo.

Conclusión

En realidad, no tengo una respuesta universal para si merece la pena montarse la cocina de Ikea o no. ¿Me arrepiento de haberlo hecho? En absoluto. Si pudiera viajar en el tiempo lo volvería a hacer, porque he podido sacarle el máximo partido a mi cocina y solucionar un montón de problemas y detalles que un montador hubiera resuelto de maneras más expeditivas que no me hubieran convencido.

Ahora ya es una cocina operativa —las fotos no son actuales— y aunque aún le quedan unos detalles por pulir y cosas por colocar, como unas lámparas y algunos accesorios, espero poder tenerla pronto lista para poder enseñárosla.

En Decoesfera | Proyecto minue: el baño

Valencia es un ciudad perfecta para usar la bicicleta. Es completamente plana y apenas llueve. Lo que pasa es que como no he encontrado un sitio donde guardarla en mi casa con estilo, está cogiendo moho en el trastero de mi padre. Mi idea es tratar de usarla como objeto decorativo empleando algo como este precioso soporte minimalista para la bicicleta.

En Decoesfera hemos visto muchos colgadores de este tipo, algunos con compartimentos secretos e incluso un escritorio donde aparcar la bicileta, hasta os dimos hace tiempo algunos consejos para guardar la bicicleta en casa. Sin embargo, es la primera vez que me encuentro con un colgador tan bello y sencillo, porque hay mucha diferencia entre algo así y unas escuadras cualesquiera.

La gracia de este delicado y minimalista soporte estriba no solo en el detalle de la madera de roble con el que está realizado, sino en el desafío a la gravedad que supone su ligereza y el sistema de sujeción a la pared. Sinceramente, la mente teme que eso se vaya a caer en cualquier momento, y ahí reside gran parte de su
atractivo.

Tengo una pared en el despacho perfecta para colgar así la bicicleta. Ahora solo queda comprobar que es lo suficientemente ligera como para que pueda subir y bajar cuatro pisos con ella o lo suficientemente bonita como para que se quede como elemento ornamental. O puestos a pedir, las dos cosas.

Vía | Swiss Miss
Más información | Fluoshop en Etsy
En Decoesfera | Dos buenas soluciones para colocar la bicicleta

Sé que por lo general, la Navidad y el minimalismo no van mucho de la mano, si no que se lo pregunten al belén minimalista, pero siempre es interesante ver cómo se pueden reducir al extremo cosas tan generalmente pomposas como los calendarios de Adviento.

Los chicos de Klotzaufklotz, Tim y Matthias, nos proponen estos dos calendarios de Adviento para una Navidad minimalista. Ambos son la mínima expresión de lo que es un calendario de Adviento, es decir, un sistema para contar los días que quedan hasta el nacimiento de Cristo, y por tanto la Navidad, que comienza el cuarto domingo antes del de dicha fecha (este año, el 2 de diciembre), aunque hoy en día a menudo se cuenta desde el 1 hasta el 24 de diciembre, probablemente por cuestiones comerciales, para que todos los años tenga el mismo número de días.

De los dos, mi preferido es el primero que os he mostrado, en el que podemos colocar pequeños papeles con notas que leer cada día. Pueden ser citas inspiradoras, pequeños poemas o pasajes de la Biblia, eso depende de cada uno. El otro es más original aún, con un sistema de canicas para ir descontando los días.

Ambos están realizados en madera y tienen la ventaja de que se pueden reutilizar para otras Navidades o incluso durante el año, para dejarse notas o para lucir nuestras mejores canicas de la infancia. Su precio: 23 euros.

Vía | Swiss Miss
Más información | Klotzaufklotz
En Decoesfera | Hazlo tú mismo: calendario de Adviento con regalos

Ya ha empezado la cuenta atrás para la Navidad, y la semana decorativa, nuestro repaso a la actualidad bloguera, no podía librarse de la avalancha de ideas para decorar estas Fiestas que ha inundado la red. Sinceramente, no ha sido fácil escoger.

Para empezar, os voy a recomendar el árbol de Navidad bidimensional hecho con telas de IKEA que que nos sugieren desde Ministry of Deco. Es bonito, original y ocupa poco espacio. Si abandonar Suecia, también podéis echar un vistazo a la decoración navideña de esta casa sueca que comparten en Boho Deco Chic.

Si estáis buscando inspiración para una Navidad menos convencional, tal vez os interesen estas ideas con inspiración marroquí de Dar Amina, o incluso estas imágenes para una Navidad nórdica de Blanco vintage que también son bastante sorprendentes. Por último, volviendo un poco al redil, tampoco querréis perderos el recopilatorio navideño para inaugurar el Aviento que han hecho Desde my ventana.

Para no recargaros con tantos adornos y árboles, también os he traído otras cosas interesantes, como por ejemplo qué dormitorio hubieran escogido en Rue Vintage 74 si volvieran a ser adolescentes, o la visita al despacho Michael Bastian que nos ofrecen en Antioquia Interiorismo. Sin embargo, lo que más me ha entusiasmado ha sido este piso de los años 20 de Blue Vintage.

Espero que os haya gustado esta semana decorativa tan navideña, recordad que podéis enviarnos vuestros blogs para que los compartamos a través del formulario de contacto, y que la semana que viene volveremos cargados con más novedades que enseñaros.

En Decoesfera | La semana decorativa

Cuando he visto el sistema de estanterías String lo primero que he pensado ha sido: “Mira, otro que se inspira en Dieter Rams y su sistema de estanterías 606 para Vitsoe“. Pero he tenido que comerme mis pensamientos uno a uno, y sin sal, porque resulta que se trata de un diseño de 1949 realizado por el arquitecto sueco Nils Strinning.

Es un sistema ligero, versátil y con una estética minimalista que lo hace completamente atemporal, capaz de adaptarse a cualquier entorno del hogar, ya sea la cocina, el salón, el despacho o el dormitorio. Todo se basa en escoger los módulos y acabados adecuados para cada necesidad y espacio.

El diseño original se basa en un sistema de guías ancladas en la pared que sostienen baldas, cajoneras y armarios con puertas, pudiendo adaptarse las medidas a cada situación gracias a la gran variedad de medidas de los diferentes módulos.

Así, además de un aspecto sublime y una atractiva ligereza, añade la practicidad de su embalaje, envío y montaje, aunque es muy probable que cojee en cuanto a precio se refiere, como ocurre con otros clásicos del diseño escandinavo. Una pena porque su idea era la de hacer accesible el diseño moderno al pueblo, algo de lo que se encargaría otra empresa sueca años después.

Además del sistema original, se han desarrollado otros sistemas de estanterías similares para situaciones particulares. El String pocket, por ejemplo, está pensado para espacios pequeños, como zonas de almacenaje, cocinas, cuartos de baño… es en esencia lo mismo, pero más pequeño.

La ventaja que tiene es la gran variedad de colores y acabados disponibles, lo que hace posible adaptarlo completamente a la estética del espacio en cuestión, mimetizándose con el entorno y formando parte de él.

Para acabar, me gustaría enseñaros Cell, su más reciente sistema de estanterías, diseñado por Peter Cohen, y que va un paso más allá en cuanto a ligereza se refiere, ya que toda la estantería va colgada de la leja superior con un ingenioso sistema de cables y bolas.

De esta manera, se eliminan los montantes y los agujeros que estos implican y se sustituyen por un gran travesaño del que cuelga toda la estructura, pudiendo modificarla fácilmente a medida que las necesidades de la habitación cambien.

La verdad es que me ha encantado encontrarme con String, el sistema de estanterías original, del que estoy seguro Dieter Rams se inspiró para su sistema de estanterías 606 y de éste, a su vez, Ehlén Johansson, el diseñador del sistema Stolmen de Ikea con el que ahora amueblo mi vestidor.

Más información | String System
En Decoesfera | Meccanica, un sistema de almacenaje muy versátil y minimalista

Con las Navidades a la vuelta de la esquina y las tradicionales reuniones familiares, los centros de mesa vuelven a estar en el candelero. En Decoesfera ya os hemos enseñado muchos centros de mesa para estas Fiestas, pero hoy os traigo un centro de mesa muy original hecho con hortalizas.

Creo que no hay nada que no me guste. Es diferente, es ecológico, es barato, lo puedes hacer tú mismo y sorprenderá a todos los comensales. Sólo necesitamos un poco de musgo, unas cuantas hortalizas de diferentes colores (zanahorias, rúcula, champiñones, setas, col lombarda…) y alguna rosa para darle el toque definitivo.

Simplemente debemos colocar una base de musgo en una maceta de base ancha, y sobre éste disponemos las diferentes hortalizas intentando crear una composición equilibrada. Podemos rematar con algunas rosas u optar por un centro más rústico todavía, y decorar con setas y champiñones.

Sin duda, este centro de mesa con hortalizas será la comidilla de tus invitados, con la ventaja de que todo lo que allí se muestre, acabará rellenando el pavo al día siguiente, que no está la vida como para andar desperdiciando comida.

Vía | Design Sponge
En Decoesfera | Cinco mesas de Acción de Gracias que nos pueden inspirar en Navidad

Nunca pensé que pudiera llegar a escribir sobre el detalle para la casa de un peluquero, pero la vida da muchas vueltas, y buscando cortinas de ducha con diseños atractivos, me he encontrado con una que haría las delicias de cualquier barbero.

Se trata de una cortina para la ducha ilustrada con elementos propios de una barbería, como peines, cuchillas, secadores, tijeras, cepillos… solo que con un toque descaradamente retro, como si estuviéramos en una peluquería de los años 50.

Siempre me ha parecido que los locales y rituales asociados al afeitado durante mediados del siglo pasado tienen mucho encanto. Con sus lociones milagrosas, su afeitado a cuchilla, la parafernalia de la espuma… no sé, tiene un atractivo especial, y además, es una temática muy adecuada para un baño.

Esta en concreto mide 182 × 182 centímetros, está fabricada en los Estados Unidos (cómo no) y cuesta unos 50 euros al cambio, un poco más si queremos que incluya el set de anillas cromadas. Un poco caro para una cortina, pero dados los horribles diseños que se suelen encontrar por ahí, no es tampoco una locura.

Vía | Retro to Go
Más información | Bodie and Fou
En Decoesfera | Detalle para la casa de… un adicto al gimnasio

Quién me iba a decir a mi, amante de lo nuevo, lo moderno y lo revolucionario, que me iba a acabar emocionando con estampas como la de la restauración de esta villa francesa. Un antes y después precioso como hace tiempo que no tenía la oportunidad de enseñaros.

Ya en las fotos del antes se atisba el potencial de la vivienda. Grandes puertas, una escalera señorial con barandilla, suelos de mosaico, grandes ventanales… y la belleza que solo la pátina y el paso del tiempo son capaces de proporcionar. Lo delicado era transformar lo que era un caserón inhabitable en un hogar, sin perder su encanto en el proceso.

Tras pasar por las manos de sus propietarios, Russell & Judith Goldsmith, quienes la han ido arreglando poco a poco durante cuatro años, colonizando habitación tras habitación, la vivienda ha recuperado su esplendor. Lo que antes eran espacios angostos, saturados de muebles y con un papel pintado florido y hermoso, ahora es un lugar limpio, despejado y lleno de luz.

Esto se nota especialmente en la escalera, otrora rodeada de trastos y muy agobiante, transformada en la protagonista del recibidor, como marcan los cánones de las villas francesas, en las que no se concibe una casa sin una escalera desembocando en la entrada.

La luz se ha adueñado de la casa, gracias en gran medida a que se han librado del papel pintado que poblaba la mayor parte de las paredes, ahora de un blanco resplandeciente. También ayuda que en vez de cocinas antiguas y trastos por doquier ahora haya plantas que aportan color y espejos que amplían visualmente las estancias.

Me gusta mucho cómo se ha solucionado el problema de la transición entre la piedra de la fachada y el enyesado interior. Parte de la primera entra en la vivienda, mientras el blanco del yeso se recorta siguiendo el perfil de la piedra caliza.

También conviene destacar que a lo largo de toda la casa se han conservado los diferentes suelos de mosaico, recuperando su brillo original para dotar de personalidad a cada estancia. Resultan especialmente bellos los del recibidor y el salón, aunque hay otros más modestos que también tienen su atractivo.

El exterior de esta pequeña mansión tampoco se ha librado del buen hacer de sus dueños. Sin hacer desaparecer completamente el efecto del paso del tiempo en sus muros, sí que han logrado darle un aire alegre y estival gracias a una nueva capa de cal y algo de pintura, y también restaurando esas ventanas y contraventanas blancas tan típicas de la campiña francesa.

En el jardín se han realizado algunos cambios menores, como un camino de grava que lleva a la entrada de la casa, así como un sistema de toldos de tela que realzan ese espíritu veraniego que se respira en cada rincón, porque a quién no le apetecería tomar un poco de queso y un vinito en esa preciosa mesa de madera.

Con esta última imagen doy por concluido este inspirador antes y después con la restauración de una preciosa villa francesa. No sé vosotros, pero a mi me ha dejado completamente embelesado, así que mis sinceras felicitaciones a Russell & Judith por el magnífico trabajo realizado.

Vía | Design Sponge
Más información | Russell & Judith Goldsmith
En Decoesfera | Antes y después: una buhardilla blanca y llena de luz