Hace unas semanas, mi compañera Patch nos enseño un apartamento de 16 metros cuadrados, pero que en realidad era poco más que una habitación de hotel con una pequeña cocina, pues en su interior no había ninguna solución especialmente ingeniosa para ahorrar espacio, sino que simplemente había pocas cosas.

Por contra, hoy, en casas poco convencionales, os voy a mostrar un apartamento en Hong Kong realmente innovador. Aunque tiene casi el doble de superficie (unos 30 metros cuadrados), estamos ante un magnífico ejemplo de cómo se puede exprimir tan poco espacio para no tener que renunciar a ninguna de las comodidades que podemos gozar en casas mayores ¡Si hasta hay una bañera y una cama de invitados!

Desvelemos los misterios que se esconden tras sus paredes.

Como habréis podido intuir, la clave está, precisamente, en las paredes, que no son tal, sino armarios que ocultan otros armarios y que al desplazarse crean nuevos espacios.

Así, tras la gran estantería en la que luce la magnífica colección música de su dueño y diseñador, el arquitecto Gary Chang, se esconde la zona de lavandería y tras ella, sorpresa, una bañera. Para más inri, sobre ésta se puede desplegar una cama de invitados que se oculta en la pared cuando no la usamos. Sencillamente impresionante.

Pero la cosa no acaba aquí, la estantería situada justo enfrente se puede convertir en una mesa con un juego completo de sillas, transformando la sala en un comedor.

Si seguimos avanzando hacia el gran ventanal al fondo, tintado de amarillo para simular la luz del sol incluso en los días nublados, llegamos al segundo espacio multifunción.

Con la cama desplegada hace las veces de dormitorio y si la ocultamos se convierte en salón, gracias al pequeño sofá situado bajo la cama, que no debe ser demasiado cómodo, pero que cumple su cometido correctamente.

Pero lo verdaderamente sorprendente es que tras la televisión se encuentra nada más y nada menos que una cocina completa. Con sus fuegos, sus fregadero, su nevera… no le falta detalle, incluso la parte de detrás del mueble de la televisión se abre y revela un minibar y una nueva zona de trabajo.

Como guinda final, apretando un botón, una gran pantalla de proyección desciende del techo tapando la ventana, para poder disfrutar del cine y los videojuegos con todo lujo de detalles tumbado en la hamaca que se puede colgar en la sala.

Desde luego, está claro que Gary ha pensado hasta el último detalle de su apartamento en Hong Kong y creo que estaremos todos de acuerdo en que se merece un puesto de honor en nuestra lista de casas poco convencionales.

Os dejo con un video en el que podéis ver con todo lujo de detalles como funciona el ingenioso sistema. Aunque está en inglés, las imágenes hablan por si solas.

Vía | Toxel
Imágenes vía | Marcel Lam para el New York Times
Más información | New York Times
En Decoesfera | Casas poco convencionales: vivir en el desierto

Ayer fue el día de la madre. Entre otras cosas, es un día para agradecerle a tu progenitora que tuviera a bien traerte este mundo, quererte, criarte y educarte hasta convertirte en lo que eres hoy.

Si eres un niño, habrás sorprendido a tu mamá con alguna manualidad. Los adolescentes habrán reservado parte de la paga para hacerle un regalo que compense un poco el hecho de que ya no son los angelitos que correteaban por la casa…

Sin embargo, cuando tu hijo es un bebé al que todavía no le has asignado una paga, no hay manera de que te regale nada más allá de esos ojos burlones y esa sonrisita cautivadora, así que lo mejor es hacerse un auto-regalo que os guste a los dos.

Ahí es donde entran los diseñadores de Ontwerpduo y su Rockid, una preciosa mecedora para madre e hijo en la que puedes disfrutar del placer de balancearte a la vez que meces a tu retoño. Porque tu amor de madre es infinito, pero a ver si se duerme de una vez y deja de llorar, que no son horas.

Vía | Swiss Miss
Más información | Onterpduo
En Decoesfera | Puertas abiertas: un dormitorio de un viajero

Hace unos días mi compañera Fiona os mostraba Leaf Tie, un ingenioso sistema que convertía los cables en ramas con brotes. El diseño era cosa de los chicos de Luf Design, los mismos que han creado Fork Sauce; otra forma original de ordenar los cables.

En esta ocasión no se trata de bridas con forma de hojas, sino de un grácil tenedor que podemos tener clavado en la mesa para enrollar en él los cables que merodean por ahí camino de nuestros innumerables gadgets. También lo veo muy útil para mantener a raya ese cable del ratón tan largo que se enreda constantemente con cualquier cosa.

No es el invento del siglo, pero le da un toque diferente al escritorio a la vez que colabora para poner un poco de orden, aunque la verdad, con la cantidad de cables que tengo en la mesa, necesitaría una cubertería completa para mantenerlos todos a raya.

Vía | Applesfera
Más información | Luf Design
En Decoesfera | Pinzas para ordenar los cables en el escritorio

A la hora de decorar mi casa, me gusta cuidar hasta el más mínimo detalle, que todo encaje en mi idea global del diseño. Lo que pasa es que a veces eso se convierte en una tarea titánica, porque tienes en la cabeza exactamente lo que quieres pero luego te cuesta un mundo encontrarlo, o si lo encuentras, es a precio de órgano vital.

Una de las cosas que aún no he conseguido tener a mi gusto es el juego de salero y pimentero. Los he visto de todos los tipos, incluso hice un pequeño recopilatorio hace un tiempo, pero nada, no hay manera. Probablemente acabe comprando un molinillo de pimienta y un salero cuyo diseño no tenga nada que ver, aunque algo en mi interior se resiste.

Pero no todo son malas noticias, atisbo luz al final del túnel, porque en The Shaker Project se han tomado la molestia de fotografiar su colección completa de saleros y pimenteros. Ideal para decidir el diseño que encaje a la perfección en la cocina. Ahora solo tendremos un problema, encontrarlos en alguna tienda, pero bueno, ya tendremos la mitad del camino hecho.

Más información | The Shaker Project
En Decoesfera | Para sal y pimienta, frascos de Alicia en el país de las maravillas

La iluminación natural es una de las cosas más importantes en la arquitectura. La mayoría de los grandes maestros han destacado, entre otras cosas, por un magnífico manejo de la luz; bien sea para inundar salas con ella o para crear rasgaduras en habitaciones en penumbra.

Sin embargo, hoy en día parece un arte perdido. En las casas se colocan las ventanas atendiendo a muchos otros motivos, olvidando lo importante que es la luz natural para el ser humano. Si un día nublado nos cambia el semblante, imaginad vivir en una habitación únicamente con iluminación artificial.

Consciente de este problema, el sueco Daniel Rybakken ha diseñado Daylight Entrance, un panel led que imita la luz natural, como si esta se colara por una ventana. Una buena idea para complementar la iluminación de esa habitación tan oscura o para el clásico recibidor sin ventanas. Además, como está hecho de bombillas led, gasta muy poca energía, aunque seguro que si se fabricara, no sería demasiado barato.

Galería de fotos

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Vía | noquedanblogs
Más información | Daniel Rybakken
En Decoesfera | Lámpara LED de Lego

Diseñar un botellero no es fácil, más que nada porque lo normal es trabajar con formas geométricas ortogonales y las botellas tienen la mala costumbre de ser cilíndricas, por lo que no sólo hay una pérdida de espacio, sino que también hay una tensión visual entre ambas geometrías que suele afectar a la armonía del conjunto.

Es por eso que me gusta este botellero de metal plegado de Iron Design, porque sus formas, más que adaptarse, parecen moldeadas por las mismas botellas, dando lugar a un diseño muy dinámico y natural. Me recuerda a esos neceseres de tela o mimbre que a menudo se cuelgan de las puertas, y juraría haber visto algo parecido en tela para guardar varios rollos de papel higiénico.

Claro que no sirve para bodegas muy extensas, pero para los que tan sólo tenemos unas cuantas botellas de vino, pueden lucir de maravilla en la pared. Su precio, unos 200 euros, tan sólo se justifica porque está hecho a mano y se nota que se ha cuidado cada detalle del diseño.

Más información | Iron Design
En Decoesfera | Hemos visto… un botellero decorativo hecho con palés

Por mis manos han pasado muchos teclados, desde aquel teclado anodino en un color blanco ordenador —sí, ese plástico blanco que ya parecía viejo nada más comprarlo— hasta mi última adquisición de finas teclas y diseño cuidado, que espero que me dure bastante tiempo.

El caso es que, como no me me gusta nada tirar cosas, porque siempre les imagino una utilidad futura, tengo acumulados varios teclados en una caja con el resto de antiguallas informáticas, esperando volver a la vida algún día.

Algunos tiene suerte y a veces los necesito, pero el resto van a formar parte de mi próximo proyecto de bricolaje —o más bien, manualidades— convertir un teclado en un bote para los lápices; bueno y para bolígrafos y rotuladores, claro. El proceso parece sencillo, primero se monta una estructura con cinco disquetes, o con piezas de cartón duro o corcho, y luego se le van pegando las teclas como más rabia nos de, incluso formando palabras.

Si quedara poco para San Valentín sería una buena idea escribir “love” y pintar esas letras en rojo, aunque seguro que a vosotros se os ocurren mejores y más originales.

Vía | No puedo creer
En Decoesfera | Recicladecoración: convierte tus lámparas en macetas

Bueno, en realidad, no es una estantería en dos dimensiones; tiene tres, porque sino no sería un póster, pero de la misma forma que cuando alguien nos dice “mesa” nos imaginamos el objeto y no la palabra, nuestro cerebro no ve un conjunto de cajas romboidales, sino la compleja imagen bidimensional que representan. Vamos, un efecto óptico de los de toda la vida.

Tan ingeniosa idea es cosa del diseñador sueco Bjørn Jørund Blikstad, que ha sabido transformar un objeto tridimensional en bidimensional y a la vez aplicarle paradojas visuales al estilo de Escher con sus escaleras y tableros de ajedrez imposibles.

Además, todo eso a partir de un módulo idéntico; un cajón romboidal que cambia de orientación y color para producir esa sensación de que hay mil interpretaciones visuales posibles del mismo objeto.

Desde luego, una estantería muy original con la que sorprender a nuestras visitas —sobre todo si la colocamos de forma que se vea de frente por primera vez— aunque igual tanto efecto óptico marea y luego no atinamos a coger lo que buscamos.

Vía | Yanko Design
En Decoesfera | Chaos Theory, el orden un tanto desordenado

Ya está, ya hemos llegado al final, a la última planta del Hotel Puerta América: el ático, desde donde podremos disfrutar de las vistas de la capital a la vez que nos tomamos una copa, hacemos algo de ejercicio en el gimnasio o nos bañamos en la piscina climatizada.

El diseño de la planta corre a cargo de Jean Nouvel, que es quien decoró la duodécima planta del hotel, aunque también ha intervenido Forja Interiorismo.

El resultado de la intervención es un ático desenfadado, con un diseño actual, sin demasiados alardes. Tal vez le falta algo de personalidad, porque al ver las fotos uno tiene la sensación de haber estado en infinidad de terrazas decoradas así.

El gimnasio y la piscina

La zona del gimnasio y la piscina destaca por su sencillez. Tal es la austeridad del lugar que se podría pensar que al llegar arriba se quedaron sin presupuesto; cuatro máquinas de fitness colocadas cerca de una piscina discreta y alguna hamaca que otra es todo lo que nos encontraremos.

Lo único reseñable es el gran espejo del fondo, que crea la falsa ilusión de que la piscina es mucho más grande, pero no. Tampoco me acaba de convencer que esta sala esté tan aislada del exterior, no parece un lugar muy agradable, al menos en verano, que apetece darse un baño al sol con una cervecita en la mano.

El bar y la terraza

En realidad, el nombre que le han puesto es mucho más sugerente; Skynight Bar evoca imágenes mucho más atractivas de lo que luego nos encontramos, que no es más que una decoración a mitad camino entre un chill-out al estilo ibicenco y lo que podríamos encontrarnos en cualquier discoteca medianamente cool.

No es que esté mal, parece un lugar agradable para tomarse una copa mientras disfrutamos de las vistas y la brisa nocturna nos refresca, pero al lugar le falta algo de carácter. El mobiliario pasa bastante desapercibido a pesar de que las piezas, especialmente las butacas de estilo space age, tienen su encanto.

El problema es que no hay una jerarquización del espacio, todo es una gran terraza en la que se han ido colocando sillas, mesas y sofás con más o menos acierto, pero sin un orden claro ni la intención de crear un lugar especial.

En definitiva, el ático del hotel Puerta América es de lo menos destacable del edificio, pues es un espacio decorado como muchos otros, algo que no es de esperar en un hotel en el que hasta el parking es de diseño.

Os dejo con un video y una galería de imágenes, para que podéis comprobar que, aunque no esté nada mal, le falta algo que lo haga diferente.

Galería de fotos

(Haz click en una imagen para ampliarla)

Más información | Hotel Puerta América, Forja Interiorismo
Fotos | Rafael Vargas, BTN
En Decoesfera | Especial Hotel Puerta América

Hoy me he despertado criticón, para que negarlo, pero de vez en cuando está bien dejar de lado las cosas que nos gustan y hablar un poco de las que no nos gustan (por no decir nos disgustan).

Ese es el caso de este pequeño aparador con ruedas de nombre fantasioso —Roll me the Cabinet, Alice, en referencia a Alicia en el país de las maravillas— y que parece más un experimento del Dr. Frankenstein que otra cosa.

Antes de seguir leyendo, deteneos por un instante y volved a mirar la imagen. Ahora tratad de imaginar qué debería haber alrededor de ese mueble para que encajara con la decoración. Resulta complicado ¿no?. La única opción que se me ocurre es que el resto de muebles de la casa sean igual de extraños, formando una mansión de los horrores que tendría su razón de ser en su propia rareza.

A pesar de mi marcada obsesión por el minimalismo, respeto todos los estilos arquitectónicos y de diseño, cada cual tienes sus motivos para hacer las cosas de cierta manera pero en todos comparten una cosa: la coherencia. Es lo único que le pido a un diseño para reconocerlo como tal.

Sin embargo, lo que no soporto es el eclecticismo, es decir, coger puntos de vista, ideas y conceptos de otras corrientes que puedan llegar a ser compatibles para crear algo que a menudo resulta contrapuesto sin llegar a formar un todo orgánico. Como el caso que nos ocupa, obra de Studio-Ziben, con la que parece que se hayan dedicado a juntar estilos al tun tun.

Me parece una mala idea no por su apariencia, que tiene cierto atractivo, con una buena elección de los colores y los materiales, sino por la ausencia de un argumento tras de si. El mueble es un cliché, un juego visual, algo que atrae la mirada pero cuya forma no responde a su uso, ya que ni siquiera queda claro para qué sirve.

Igual estoy exagerando, pero es que no le veo ni pies ni cabeza, aunque seguro que en según qué círculos será una pieza cool indispensable en cualquier mansión que se precie.

Si habéis seguido pensando dónde podría encajar una pieza de mobiliario como la que nos ocupa, igual se os ha ocurrido lo mismo que a mi, lo cual sería cuanto menos curioso, incluso revelador. En mi opinión, creo es un diseño perfecto para formar parte de la decoración del próximo videoclip de Lady Gaga; entre tanta excentricidad, incluso pasaría desapercibido.

Vía | Yanko Design
Más información | Studio-Ziben
En Decoesfera | Una mala idea: grecas rojas en un mueble blanco

Lo sé, hace más o menos mil años que empezamos el Especial Hotel Puerta América y lo que tenía que haber sido un rápido paseo por las 12 plantas y el ático se ha convertido en algo parecido a la historia interminable.

Pero todo llega a su fin, y para darle el toque final a este especial he pensado que sería una buena idea realizar una pequeña encuesta para ver qué planta es la que más os ha gustado.

Como me imagino que no todos recordareis ni siquiera vagamente cómo era cada planta, os he preparado un muy breve repaso gráfico por cada una de ellas para que hagáis memoria y podáis votar con conocimiento de causa.

Viendo las imágenes de las distintas plantas unos se da cuenta de lo heterogéneo que es el mundo del diseño. Coloquialmente, se podría decir que cada planta es “de su padre y de su madre”.

La parte mala de esa hetereogeneidad es que se pierde un poco la unidad del diseño en el hotel; la buena, que seguro que cada huésped encuentra la habitación que se adapte a la perfección a sus gustos. De hecho, estoy convencido de que si los editores de Decoesfera fueramos a visitar el hotel, cada uno querría alojarse en una planta diferente.

Por si os habéis quedado dudando entre varias plantas y queréis mirarlas con detenimiento o simplemente queréis volver a deleitaros con vuestra favorita, os dejo una lista con los enlaces a los artículos correspondientes de cada planta:

• El ático
• Planta 12: Jean Nouvel
• Planta 11: Javier Mariscal y Fernando Salas
• Planta 10: Arata Isozaki
• Planta 09: Richard Gluckman
• Planta 08: Kathryn Findlay
• Planta 07: Ron Arad
• Planta 06: Marc Newson
• Planta 05: Victorio & Lucchino
• Planta 04: Plasma Studio (Eva Castro y Holger Kehne)
• Planta 03: David Chipperfield
• Planta 02: Norman Foster
• Planta 01: Zaha Hadid

Y ahora, como no, el momento más importante, el de la votación. Yo ya tengo mi favorita ¿y vosotros?

Más Información | Hotel Puerta américa
Fotos | Manolo Toledo
En Decoesfera | Especial Hotel Puerta América

Hace poco más de un mes, nuestra lectora Mª Ángeles se puso en contacto con nosotros porque va a cambiar algunas cosas de su casa y, aunque tiene bastante claro lo que quiere, nos ha pedido ayuda para reformar la cocina.

Bueno, la cuestión es que yo quisiera sacar más partido a mi cocina y poder comer en ella mi marido, mis dos niños (6 y 7 años ahora, pero crecerán) y yo. Varios vecinos han ampliado su cocina “dándole el porche”, y yo quiero hacer lo mismo.

Hasta aquí todo bastante claro, hasta se podría decir que no parece necesitar la ayuda de Decoesfera responde, pero por lo visto le asaltan muchas dudas.

No me aclaro en un montón de cosas, por ejemplo, haga la reforma que haga, ¿dejo la puerta de acceso a la cocina donde está o la cambio? si la cambio ¿cuál es la mejor ubicación?. ¿Mantengo la ventana o hago una salida al patio?

Veamos que solución se nos ha ocurrido.

Básicamente había que solucionar tres puntos. El primero, ampliar el tamaño de la cocina, para lo que desplazamos el muro que da al porche hasta cerrarlo completamente. El segundo punto, el acceso, se soluciona cambiando de sitio la escalera y la puerta, que ahora estaría pegada al estudio. El tercer punto, el de comer en la cocina, se soluciona con una gran barra o mesa alta que hace de isla entre el vestíbulo y la cocina y que permite que comer en ella cómodamente hasta a seis personas.

Un cuarto punto que no se había planteado era la relación de la cocina con el resto de la casa. En el diseño original, para llegar de la cocina al comedor había que dar un rodeo considerable, por lo que sería una buena idea abrir una puerta entre ambas estancias.

De esa manera no sólo se mejor la comunicación entre la cocina y el comedor, sino que gracias a esa nueva apertura, se crea una fluidez espacial entre todas las estancias que antes no existía y que cambia radicalmente la percepción de toda la planta. Se ha pasado de tener varias habitaciones separadas entre si a tener una gran sala en la que el espacio fluye alrededor del núcleo central que es el baño.

En esta última imagen he añadido las cotas (medidas) de la nueva distribución para que veáis que todo encaja. En la gran barra de la cocina de casi cinco metros se puede prescindir de los armarios altos salvo en ambos extremos, en los que en uno se colocaría la nevera (cerca del comedor) y en el otro la lavadora y la caldera (cerca del exterior).

Como continuación de la gran barra de desayuno he pensado una pequeña barra de apoyo de 25cm de ancho con estanterías bajo ella, de esa forma no solo se gana más superficie de trabajo sino también una estantería de dos metros y medio de largo que puede hacer las veces de pequeña alacena con todo muy a mano.

La ventana que da a la entrada principal ilumina la estancia. Si fuera mi casa, haría un ventanal de suelo a techo, aunque entendería que por motivos económicos o de seguridad se quedara en una ventana normal. Siempre queda la opción de abrir las puertas que dan al comedor y que la luz entre por ambos lados de la cocina, convirtiéndola en un espacio luminoso en el que sea muy agradable cocinar.

Espero que a Mª Ángeles le guste esta solución que, aunque es un tanto arriesgada, le permite convertir su casa convencional en algo mucho más moderno sin apenas hacer obras.

En Decoesfera | Cómo distribuir la cocina. Decoesfera responde
En Decoesfera | Cocinas pequeñas: cómo aprovechar el espacio al milímetro

De un tiempo a esta parte, me ha dado por aficionarme por el Origami, que no es más que el arte del plegado del papel para crear figuras diversas, originario de Japón.

La verdad es que a mi me tiene enganchado; es la mar de entretenido, relajante, económico y hay diseños para todos los niveles, desde los más sencillo, que podría hacer un niño de tres años, hasta otros que a mi me han llevado toda una tarde y varios intentos.

Lo bueno es que se le puede encontrar muchos usos a las figuras que vas creando. Normalmente, las utilizo como modelos para hacer fotografía o para entretener a mis primos pequeños en alguna fiesta familiar, pero el otro día se me ocurrió que sería una buena idea decorar la mesa con adornos de Origami.

En internet hay infinidad de páginas con plantillas e instrucciones para hacer flores y figuras de todo tipo. Una de mis favoritas es Origami-Club, que tiene indicaciones paso a paso muy fáciles de seguir y una gran variedad de figuras muy bien clasificadas. No obstante, un paseo por vuestro buscador de confianza os proporcionará un gran elenco de plantillas y vídeos entre los que seguro encontraréis el diseño que tenéis en mente.

Si además compras papel couché de diferentes tonos y/o colores, el resultado final seguro que sorprende a tus invitados, ante los que incluso podrás alardear que lo has hecho tú mismo.

Vía | My modern Met
En Decoesfera | Origami para decorar, servilletas con instrucciones

Hasta hace unos cuantos meses, apenas sabía lo que era Twitter, y eso que me considero un moderno repelente en plena regla. Pero ahora, cuando me voy de viaje y no tengo conexión a internet, se podría decir que sufro un pequeño síndrome de abstinencia. Incluso alguna vez me he encontrado a mi mismo escogiendo un restaurante en función de si tiene wi-fi o no, en vez de según el menú que ofrecen.

Sin embargo, creo que mi adicción dista mucho de la de Harron Baig, que ha tenido la genial idea de inventar Twitwee clock, el reloj perfecto para los twitteros (me vais a perdonar semejante palabra). Este diseñador afincado en Alemania ha decidido modificar un clásico reloj de cuco para que cuando su usuario sea mencionado, el pajarito salga y lo anuncie con su trinar.

El reloj hace uso de su conexión inalámbrica a internet (pronto hasta las tostadoras tendrán) para sincronizarse con Twitter y así poder sacar de paseo al cuco cuando proceda. También es capaz de mostrar los mensajes en una pequeña pantalla táctil y, por increíble que parezca, hasta da la hora.

Desde luego, no se puede negar que no sea una idea ingeniosa, claro que si recibimos mensajes constantemente puede llegar a resultar ligeramente agobiante. El diseño es un tanto estridente, sobre todo por esa mezcla entre la madera tallada, la pantalla digital y el pajarito de Twitter rematando la composición. Aunque bueno, lo importante es el conceto.

Os dejo con un vídeo explicativo de su funcionamiento, hecho con mucho más gusto que el reloj, todo sea dicho.

Vía | Nometoqueslashelveticas
Más información | Haroon Baig
En Decosfera | Un despertador que sabe preparar el té

Lo malo de los libros, es que ocupan mucho sitio. Cada dos por tres me encuentro a mi mismo ideando nuevos lugares donde alojar mi cada vez más extensa biblioteca, pero ese no es mi único problema.

Resulta que siento predilección por los libros de arquitectura (algo lógico, todo sea dicho), que tienen la manía de ser bastante grandes y pesados, por aquello de que las fotos no se ve bien en pequeño y en papel de baja calidad. ¿Y cual es el problema? Pues muy sencillo, aún no existe el sujetalibros capaz de evitar que se me vuelquen los libros. Siempre acaban deslizándose por la estantería, dejando de cumplir la misión que anuncia su nombre.

Una solución es utilizar estanterías con muchas divisiones, pero ya sabéis que a los diseñadores nos encanta sacarle punta a todo. A los chicos de Colleen & Eric se les ha ocurrido diseñar Hold on Tight, una estantería con sujetalibros regulable. Se trata de una estantería normal con un raíl perforado, sobre el que discurre un pequeño cubo que se puede fijar firmemente en cualquier punto. Así no tendremos que preocuparnos de que todos nuestros libros caigan como fichas de dominó porque nuestro precioso sujetalibros no ha podido frenar la avalancha.

Vía | Compradicción
Más información | Collen & Eric
En Decoesfera | Detalle para la casa de… un maquero

Ya han pasado dos semanas desde que os pregunté qué planta os gusto más del hotel Puerta América y, tras un recuento ante notario de los votos, hoy os traigo los resultados de la encuesta.

Os adelanto que la cosa ha estado muy reñida entre dos plantas, que han obtenido alrededor del 30% de los votos cada una, mientras que el resto se han repartido el 40% restante de forma más o menos homogénea. Lo más sorprendente no es tanto la planta ganadora, que entraba dentro del grupo de las favoritas, sino el hecho de que muchas plantas diseñadas por arquitectos de prestigio se hayan quedado con un número irrisorio de votos.

Pero bueno, dejémonos de preliminares y pasemos a la acción. Aquí tenéis los resultados de la encuesta del Hotel Puerta América.

Resultados de la encuesta

Como os decía, ha habido un intensa lucha entre Zaha Hadid, diseñadora de la planta primera, y Arata Isozaki, encargado de la décima planta, para alzarse con la victoria, pero al final la arquitecta iraquí se ha proclamado vencedora con poco más del 30% de los votos, dejando al arquitecto japonés a las puertas del éxito con un 27% de los votos.

Una lucha entre dos titanes que abanderan dos estilos enfrentados como son el deconstructivismo, que rompe con las formas geométricas tradicionales, y el minimalismo nipón, que juega con la luz y los materiales para transmitir paz y armonía a sus ocupantes.

Que dos diseños tan dispares hayan destacado tanto sobre el resto es un fiel reflejo de la diversidad de gustos que hay entre nuestros lectores, y extrapolando, en la sociedad. Lo curioso es que la mayoría haya votado a los diseños más extremos de cada estilo y no haya optado por diseños más equilibrados dentro de cada movimiento, como la planta de Ron Arad o la de Chipperfield, que han pasado totalmente desapercibidas.

Bastante por detrás de ellos, se alza con la medalla de bronce Richard Gluckman con su novena planta y el 8% de los votos. Sinceramente, me esperaba un poco más de protagonismo para este diseño, que por los comentarios que habíais dejado parecía que era de los favoritos a la victoria, pero por lo visto los que más hablan no son siempre la mayoría.

Para mi es la planta con el diseño capaz de gustarle a más gente. No es excesivamente minimalista ni excesivamente extraña, y tiene un punto de modernidad combinado muy bien con texturas y colores que le aportan calidez. Claro que igual eso es lo que ha hecho que se quede en tierra de nadie en la hora de votar.

Muy cerca, en cuarta posición y rozando el podio, se encuentra la planta diseñada por Norman Foster, que ha recibido el 6% de los votos, muy poco para el renombre que tiene el arquitecto inglés. Claro que para “fiasco” el de Jean Nouvel, que ha recibido tan solo el 4% de los votos, quedándose al nivel de muchos arquitectos y diseñadores de menos prestigio.

Bueno eso es todo. ¿Qué os han parecido los resultados de la encuesta del Hotel Puerta América? ¿Os los esperabais u os han sorprendido?

Más Información | Hotel Puerta américa
Fotos | Rafael Vargas
En Decoesfera | Hotel Puerta América ¿Qué planta te gusto más?
En Decoesfera | Especial Hotel Puerta América

En mi opinión, la adivinanza decorativa de esta semana es muy fácil, aunque he de admitir que la primera vez que vi la foto me costó un poco deducir qué era esa cosa negra, elegante y sinuosa.

Es posible que muchos lo hayáis adivinado nada más verlo, pero como las encuestas entre mis conocidos han deparado unos resultados en los que predomina el desconocimiento, me he decidido a mostrároslo.

No tenía pensado dar demasiadas pistas, porque las que se me ocurrían eran demasiado obvias, pero como hace mucho tiempo que no publico una adivinanza voy a ser bueno y os voy a dar dos. La primera es que es un objeto que tiene un uso muy claro y definido; la segunda es que digamos que el hecho de que la publique en estas fechas concretamente no es casualidad.

Y con esto y un bizcocho, a ver si la adivináis antes de las ocho.

La solución

Como muchos habéis adivinado se trata de un futbolín. Pero claro, no un futbolín cualquiera, sino, como alguien ha dicho Jose Antonio en los comentarios, un pequeño Maracaná.

Un diseño minimalista y elegante, que todos querríamos tener en casa sin nos cupiera y pudiéramos pagarlo, porque no creo que sea barato. Sus creadores, los holandeses de GRO design, lo anuncian bajo el epígrafe: “la primera serie de futbolines de lujo”, que traducido quiere decir: “no decimos el precio porque es ofensivo”.

Si os sobra el dinero y os apetece daros un capricho, sabed que hay lista de espera y que, una vez os llegue el turno tardarán 12 semanas en fabricarlo a mano.

Vía | Minimalissimo
Más información | Eleven the game
En Decoesfera | Adivinanzas

Muchos de vosotros, por las cosas que suelo publicar, pensaréis que soy un minimalista empedernido, y no os quito la razón, me suelen gustar las cosas sencillas, de líneas puras y sin demasiado ornamento. Pero para ser exactos, más que el minimalismo, a mi lo que me gusta es el racionalismo.

¿Qué diferencia hay? Pues, explicado muy sucintamente, mientras el minimalismo trata de reducir al mínimo el número de elementos que se perciben en un diseño, lo que incluye también reducir los colores y texturas, el racionalismo busca una mayor coherencia entre forma, la función y la construcción, eliminando los elementos superfluos.

Dos definiciones muy parecidas a primera vista, pero que se diferencian el algo trascendental; el planteamiento.

Para el minimalismo, el aspecto final del objeto es un fin en si mismo; lo importante no es tanto reflejar su estructura interna o su función, sino que lo que se busca es que el ojo lo perciba como algo extremadamente sencillo, aunque este acabado no responda a algo que forme parte de la esencia del objeto y sea solamente un gesto formal.

Sin embargo, en el racionalismo se busca una transparencia entre la estructura, la función del objeto y la forma que adopta, de manera que cada una de ellas está estrechamente ligada a las dos anteriores. La estructura se piensa para que poder desarrollar la función para la que fue concebido y también configura el aspecto del diseño. Al mismo tiempo, la forma es fiel reflejo de la estructura y la función que alberga.

Lo que pasa es que en muchas ocasiones los resultados obtenidos por ambas corrientes se asemejan mucho y pueden llegar a confundirse con facilidad. Estoy seguro de que más de uno diría que Le Corbusier y en especial Mies Van der Rohe son dos arquitectos minimalistas, pero nada más alejado de la realidad.

Sus edificios son un ejercicio de depuración conceptual, una búsqueda de la verdadera esencia de la arquitectura y el diseño a través de la geometría, el espacio y las técnicas constructivas. Su aspecto no es un fin, sino el resultado de esa búsqueda y esa depuración.

La belleza del racionalismo radica en su abstracción, en como consigue transmitir que el objeto que estas observando, ya sea una mesa, un pilar o un edificio, es, en esencia, la definición misma de ese objeto. Uno tiene la sensación de estar mirando un concepto, y eso algo que pocas cosas te harán sentir.

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En realidad, el artículo que escribí ayer sobre las diferencias entre el racionalismo y el minimalismo iba a ser la introducción de este sobre el espacio creativo de Platoon Kunsthalee en Seúl. Lo que pasa es que cuando me pongo a filosofar me emociono y lo que debían ser cuatro líneas acabaron siendo demasiados párrafos para una introducción.

De todas formas, casi mejor así, porque ahora entenderéis mejor la belleza de este edificio construido únicamente con 28 contenedores de carga estándar. Un ejercicio de pura racionalidad arquitectónica que llama la atención por su aspecto industrial y su geometría contundente.

Obra del equipo de Graft Lab, en su interior alberga un espacio multifuncional, un bar, talleres para artistas, salas polivalentes y hasta una terraza al aire libre, pero lo mejor será que entremos y lo veamos por nosotros mismos.

Nada más entrar accedemos a un gran espacio multifuncional que impresiona por su triple altura. La decoración brilla por su ausencia, siendo las paredes de verdes de acero plegado de los contenedores las grandes protagonistas. El mobiliario tiene un marcado acento industrial y se caracteriza por su polivalencia, sobre todo los sofás, que se pueden configurar de diferentes maneras.

En la parte de menor altura se encuentra el bar y una pequeña de zona de comedor, con mesas rectangulares y sillas de tubo de acero. Fijaos en que el bar no es más que un contenedor al que se le han practicado aberturas en dos de sus lados para crear la barra.

Subiendo por la escalera al fondo accedemos a las salas polivalentes que vuelcan sobre el espacio principal, de forma que éste se puede entender como una gran plaza interior, como un patio alrededor del cual se organiza todo el edificio.

Por esa escalera también se accede a los cuatro estudios que Platoon Kunsthalee ofrece de forma gratuita a algunos artistas para el desarrollo de proyectos especiales.

Tanto estos talleres como las salas polivalentes y galerías tiene grandes ventanales dando a la calle, de forma que desde el exterior se puede ver la actividad que realizan los artistas, despertando la curiosidad de los transeúntes.

De nuevo, la decoración es nula en estos espacios, el único gesto mínimamente decorativo son las grandes letras de las puertas, que indican a que sala estamos accediendo, pues el mobiliario es el mismo que en todo el edificio; sofás modulares, arcones a modo de mesitas y mesas y sillas de diseño industrial.

Además de las tres plantas repletas de salas, el edificio cuenta con un último regalo. Una gran terraza con un pequeño bar donde disfrutar de una cerveza bien fresquita durante las tardes de verano.

No se a vosotros, pero a mi me ha encantado el espacio creativo de Platoon Kunsthalee, no sólo por su aspecto tan industrial, que es muy atractivo, sino porque es racional en todos los sentidos. Desde el geométrico, porque está diseñado a partir de piezas modulares, hasta el constructivo, porque al utilizar siempre la misma pieza, los detalles y encuentros se reducen al mínimo, amén de que prácticamente todo se monta en seco. Y tampoco conviene olvidarse del aspecto económico, ya que el uso de contenedores reduce los costes tanto de estructura, mano de obra y materiales.

Os dejo con un vídeo y una galería para que disfrutéis con esta pequeña obra de arte.

Por cierto, también hay un espacio creativo de Platoon en Berlín, un poco más pequeña, pero con piscina. Si estáis en la capital alemana, no dejéis de pasaros por allí.

Galería de fotos

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Vía | Fubiz
Fotos vía | Graft en Flickr
Más información | Platoon Kunsthalee, Graft Lab
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Siendo realistas, esta mesa no tiene futuro. Y no lo digo porque no sea un diseño genial, que lo es, lo que pasa es que Reading table tiene un uso que, valga la redundancia, está en desuso. No tanto porque cada vez la gente lea menos, aunque también, sino porque poco a poco los medios digitales van ganando terreno a las ediciones impresas y ya se ven menos revistas en las casas.

Aún así, este diseño del alemán Uli Budde, que aúna mesa y revistero todo en uno, es el vivo ejemplo de que no esta todo inventado y que no hay que diseñar cosas estrambóticas para llamar la atención.

Fabricada en acero pintado y con un diseño muy minimalista, no solo ofrece un lugar para tener las revistas ordenadas y una superficie cómoda para leerlas, sino que su borde afilado permite guardar las revistas dejando marcada la página por la que nos hemos quedado leyendo.

Se lo comentaré a mi peluquero cuando vaya, ahora que he decidido cortar mis rizos de raíz, a ver si así deja de tener las revistas apiladas de cualquier manera en la mesita auxiliar.

Galería de fotos

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Vía | Swiss Miss
Más información | Uli Budde
En Decoesfera | Revistero con mesita auxiliar